ZIMBABUE

El líder de la oposición de Zimbabue se refugia en la Embajada holandesa

El cerco sobre la oposición en Zimbabwe se estrecha. Un día después de que el líder del opositor MDC, Morgan Tsvangirai, anunciase su renuncia a presentarse a la segunda vuelta de las presidenciales la Policía registró la sede central del partido contrario al presidente, Robert Mugabe, y detuvo a decenas de víctimas de la violencia política que utilizaban el edificio como refugio. Ante tal situación, Tsvangirai optó por refugiarse en la Embajada holandesa, mientras desde el extranjero crece la presión sobre un jefe de Estado que teme perder el bastón de bando 28 años después de haberlo agarrado.


La Policía zimbabwense volvió a dar argumentos a las cada vez más numerosas voces de la comunidad internacional y local que critican a las autoridades por presionar hasta el límite al MDC, mientras siguen en pie las elecciones presidenciales del viernes, a las que Tsvangirai no se presentará por escasez de garantías de transparencia. Los agentes registraron la sede central del partido opositor, ganador de la primera vuelta de los comicios, y según informó el portavoz de la formación, Luke Tamborinyoka, la Policía se llevó "a cientos de víctimas que de la violencia política que usaban el edificio como refugio", si bien cifras de la BBC rebajan a unos 60 el número de arrestos.


Tsvangirai ya lo afirmó el domingo, asegurando que la vida de los simpatizantes de la oposición corría peligro, especialmente si acuden a votar el día 27. En busca de seguridad, el líder político se refugió en el consulado holandés de Harare. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Holanda así lo confirmó, una noticia que no obstante no implica asilo político y que llega con alrededor de 90 personas ya fallecidas víctimas de la violencia política.

Mano tendida


Previamente, Tsvangirai se había mostrado dispuesto al diálogo pese a todo. "Estamos preparados para negociar con el ZANU-PF, pero por supuesto es importante que sean aceptados ciertos principios antes de que las negociaciones tengan lugar", afirmó, poniendo como principal condición previa que se detenga "la violencia contra la población", en declaraciones a la emisora sudafricana Radio 702.


Y es que el líder opositor ha encontrado voz y apoyos fuera de su país. Tsvangirai pedirá esta semana a los países africanos que presionen a Mugabe para solucionar la crisis actual, que preocupa especialmente a la Unión Africana. El presidente de la Comisión de esta organización, Jean Ping, declaró que la retirada del representante del MDC de las elecciones del viernes representa "un asunto de grave preocupación", así como "el incremento de los actos de violencia", según señaló su oficina en un comunicado.


En este sentido, la secretaria de Estados de EE.UU., Condoleezza Rice, lamentó que "otro ataque más contra la oposición y sus simpatizantes por ejercer su derecho de reunión y su derecho a la libertad de expresión ha confirmado que es imposible que haya elecciones libres, justas ni pacíficas". En un comunicado, Rice advirtió de que "el régimen de Mugabe no puede considerarse legítimo en ausencia de una segunda vuelta".


Por su parte, el primer ministro británico, Gordon Brown, habló sobre la antigua colonia para amparar la decisión de Tsvangirai e instó a la comunidad internacional a promover nuevas sanciones punitivas contra Mugane, principalmente de carácter financiero. Acusó a los colaboradores del presidente de perpeturar un sistema sin legitimidad, señalando que el Gobierno, actualmente sin mayoría parlamentaria, "sóo mantiene el poder por la intimidación" y por tanto "no puede ser reconocido por nadie". Así, anticipó que ningún país dará el visto bueno a unas elecciones "fraudulentas y manipuladas" ni a la "violencia e intimidación de un criminal".