ITALIA

El Gobierno italiano aprueba que la inmigración ilegal sea delito

La lucha contra la inmigración ilegal fue una de las banderas de Berlusconi y sus aliados durante la campaña electoral y es uno de los principales asuntos en la vida política italiana desde que el magnate de la comunicación regresó al poder.

El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, dio el pistoletazo de salida de su Gobierno con la aprobación de un paquete de medidas contra la criminalidad y la inmigración ilegal que, entre otras normas, prevé la definición de la inmigración clandestina como delito.


Así lo confirmó el ministro del Interior, Roberto Maroni, durante la conferencia de prensa que se celebró esta tarde después del consejo de ministros, que fue el primero de la legislatura y se desarrolló en la ciudad meridional de Nápoles, donde Berlusconi quiso demostrar su compromiso para solucionar la crisis de las basuras que atraviesa la ciudad.


Maroni explicó que junto a esta medida se prevé el juicio y la expulsión rápida de los inmigrantes 'sin papeles'. Finalmente, el Gobierno ha decidido incluirlo dentro de un diseño de ley que será debatido en el Parlamento con carácter preferencial. El objetivo del Gobierno es aprobarlo definitivamente antes de dos meses.


Tanto la Iglesia como los partidos de la oposición -el Partido Democrático (PD), La Unión de Centro (UdC) e Italia de los Valores (IdV)- ya se han manifestado en contra de esta polémica medida, aunque Berlusconi no debería tener demasiados problemas para aprobarla, teniendo en cuenta la amplia mayoría con que cuenta en el Parlamento, tanto en el Senado como en la Cámara de los Diputados.

Penas más duras


El Ejecutivo de centro-derecha también aprobó un decreto ley de inmediata aplicación por el que se agravan las penas a los 'sin papeles' que delinquen al tiempo que se reducen los requisitos para expulsarlos. Si para ello antes era necesaria la condena a diez años de cárcel, ahora sólo serán necesarios dos. Asimismo, se restringirá a 18 meses el límite de permanencia en los Centros de Permanencia Temporal (CPT).


Fue rechazada, en cambio, la propuesta para que el Ejército ayude a la Policía a patrullar las áreas más peligrosas de las ciudades y que había sido avanzada en los últimos días por los medios de comunicación locales.


El Gobierno también aprobó normas más restrictivas para la libre circulación de los ciudadanos comunitarios, que no podrán residir en Italia si antes no demuestran que son capaces de mantenerse y mantener a sus familias.


El paquete de medidas también impone restricciones a la reagrupación familiar, para la que se exigirá la prueba del ADN. Asimismo, se quitará la potestad a los padres que utilicen a sus hijos para la mendicidad.


Maroni insistió en que estas medidas se basan en el "total respeto de las directivas europeas", por lo que "las acusaciones que se nos han dirigido en los últimos días carecen de fundamento". Por su parte, Berlusconi destacó que la obligación de su Gobierno es dar una respuesta al "miedo que tienen los ciudadanos" ante el aumento de la criminalidad.


En los últimos días, diversos ministros del Gobierno español que dirige José Luis Rodríguez Zapatero criticaron la deriva que está tomando el Ejecutivo de Berlusconi en materia de inmigración, sobre todo después de que la semana pasada se registraran diversos episodios de violencia contra las comunidades de gitanos que viven en Nápoles y otras ciudades del país, con un balance de cinco campamentos incendiados.

Nápoles: Cárcel para los opositores a los vertederos


En cuanto al problema de las basuras de Nápoles (sur de Italia), 'Il Cavaliere' anunció que los nuevos vertederos aprobados en el consejo de ministros serán declarados "áreas de interés estratégico nacional", lo que permitirá protegerlos con el Ejército y castigar con penas de entre tres meses y cinco años de cárcel a quien intente acceder a ellos sin el permiso debido o bloquear su apertura. Ha llegado el momento de que "el Estado vuelva a ser Estado", declaró.


Por otro lado, se aprobó el nombramiento del jefe del Departamento de Protección Civil, Guido Bertolaso, como subsecretario de la presidencia del Consejo de Ministros para que se dedique a la erradicación de este problema.


Berlusconi prometió "firmeza y determinación" a la hora de abordarlo y dar a Nápoles "una vida nueva", con la que "vuelva a ser la ciudad de la belleza, del arte, de la cultura, del sol, de las flores" y no "de la basura", que es como se la conoce ahora.


El recién creado Gobierno Berlusconi también aprobó otro importante paquete de medidas en el ámbito de la desgravación fiscal, en el que figura la abolición del impuesto por la primera casa, entre otras cosas.


El escenario elegido por Berlusconi para dar el pistoletazo de salida a su Gobierno fue Nápoles, en cuyas calles se acumulan miles de toneladas de basura por la falta de vertederos y la incapacidad de los sucesivos gobiernos para solucionar esta situación, que dura ya más de quince años.


De hecho, Berlusconi y sus ministros fueron recibidos con diversas protestas y manifestaciones callejeras, que habían sido convocadas por distintos colectivos de personas sin empleo, inmigrantes y vecinos, todos ellos hartos de tener que soportar el olor a basura las 24 horas del día.