CUMBRE INTERNACIONAL

El Foro Dakar abre demandando otro mundo

La XI edición del Foro Social Mundial, que reúne a varias sensibilidades de la izquierda anticapitalista, ha comenzado en la capital de Senegal.

Decenas de miles de personas han reclamado «un mundo sin violencia, más justo y equitativo» en la marcha inaugural de la XI edición del Foro Social Mundial (FSM), que durante una semana convierte a Dakar en la capital del movimiento antiglobalización.


Miembros de cientos de organizaciones de la sociedad civil, procedentes de más de 120 países para el Foro Social, recorrieron los tres kilómetros que separan la sede de la Radiotelevisión Senegalesa (RTS) y la Universidad Cheikh Anta Diop de Dakar (UCAD), que será la sede de las reuniones.


En wolof, la lengua más hablada en Senegal, además de en francés, español, inglés, árabe, portugués y otros muchos idiomas, los participantes afirmaron en voz alta y al unísono que «otro mundo es posible», como alternativa al capitalismo, al que responsabilizan de la crisis que agrava aun más la pobreza de miles de millones de personas.


«The best world, yes we can», «Por un mundo sin fronteras», «No a la expulsión de los inmigrantes, sí a la justicia social aquí y ahí», «La externalización de las fronteras de la Unión Europea pone en peligro la libertad de circulación en el espacio africano» fueron, entre otras muchas, las consignas difundidas en la marcha.


Camiones con grandes altavoces acompañaron con música la manifestación, amenizada por grupos folclóricos de varios países, hicieron bailar a los participantes y la convirtieron en una fiesta africana.


Pese a la fiesta, los participantes no se olvidaron de los objetivos del FSM, que por segunda vez se celebra en África, el continente más pobre del planeta y donde la mayoría de los casi 1.000 millones de habitantes viven con menos de un dólar al día.


«Estamos aquí para dar impulso a la lucha contra el capitalismo y para reiterar que es posible vivir en un mundo más justo y más equitativo», dijo el líder de la extrema izquierda francesa Olivier Besancenot.


En su opinión, las revoluciones que se llevan a cabo en Túnez y Egipto ponen de manifiesto la pertinencia de las reivindicaciones del movimiento antiglobalización.


«Los pueblos reclaman más democracia, más justicia social y libertad y es lo que se dice en esos países», afirmó Besancenot, convencido de que este movimiento «irá ampliándose pues no puede perdurar un sistema que deja en la pobreza o la miseria a la mayoría».


«El Foro Social Mundial manifiesta su solidaridad con los pueblos de Túnez y Egipto, cuya libertad ha sido burlada durante décadas», dijo por su parte Mohamed Larbi Kabbash, dirigente de la Unión General de los Trabajadores de Marruecos (UGTM).


Pamela Caro-Mónica Hormazabal, coordinadora de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (Anamuri) de Chile, considera por su parte que las mujeres suramericanas han conseguido muchos avances en los últimos años gracias al FSM. «Hemos mejorado mucho la lucha contra la violencia contra las mujeres y también en el ámbito político hemos registrado logros importantes en lo que se refiere a la paridad, que comienza a ser realidad en países como Bolivia», explicó.


Mejorar la lucha contra la ocupación de sus territorios por el Estado de Israel es el objetivo de Yousef Habash, del Health Work Committees, una organización palestina que pretende aprovechar los espacios ofrecidos por el FSM para denunciar la injusticia que sufre su pueblo. «Esto es el espacio de la voz de los pueblos y, para nosotros, no hay mejor lugar donde solicitar la solidaridad en la lucha para defender nuestros derechos», dijo Habash.


Para Anselmo Ruoso, de la Federaçao Unica de Petroleiros (FUP) de Brasil, el FSM es un espacio de solidaridad único para los pueblos excluidos del mundo y con el programa más importante para cuestionar el sistema capitalista, «el responsable de esta situación».


Yayi Bayam Diouf, presidenta del Colectivo de Mujeres para la Lucha contra la Emigración Clandestina en Senegal (Coflec), afirmó por su parte que tienen grandes esperanzas puestas en el FSM de Dakar.


«Esperamos que Europa abra las puertas para favorecer la libre circulación de los bienes y de las personas. En vez de poner muros, tenemos que edificar puentes entre los países. De no ser así, no habrá desarrollo en África», opinó Diouf.  «El encuentro de Dakar pone al continente africano durante una semana en la línea de mira de la actualidad, por lo que debería obligar a nuestros dirigentes a abandonar sus malos hábitos y favorecer un buen gobierno», terminó por recalcar.