EE. UU.

El FBI detiene a dos sospechosos de origen árabe por planear un atentado en Nueva York

EE. UU. presiona para implantar los nuevos estándares de seguridad en los aeropuertos de todo el mundo.

Dos hombres con la pancarta 'No en el nombre del Islam', ante el tribunal federal de Detroit
El FBI detiene a dos sospechosos de origen árabe por planear un atentado en Nueva York
AFP

Dos jóvenes de origen árabe residentes en el barrio neoyorquino de Queens fueron detenidos ayer por el FBI por su pertenencia a una red que supuestamente planeaba un gran atentado terrorista en Nueva York. Adis Medunjanin, de 25 años, y Zarein Ahmedzay, de 24, estaban en el punto de mira de la Policía desde hace meses y han sido relacionados con Najibullah Zazi, de 24 años, el ciudadano norteamericano de origen afgano encarcelado el pasado septiembre en Denver bajo la acusación de planear un atentando con bomba en la ciudad de los rascacielos el 11 de septiembre de 2009.

 

Zazi, que se enfrenta a penas de cadena perpetua, fue acusado en su día por el Departamento de Justicia de un delito de conspiración para usar armas de destrucción masiva, en concreto artefactos explosivos, contra personas o bienes de Estados Unidos.

 

Medunjanin llegó a Estados Unidos en 1994 y consiguió la ciudadanía estadounidense en 2002. Su casa ya había sido registrada a raíz de la investigación sobre Zazi. Otros miembros de su familia también fueron interrogados como parte de esta investigación. Ahmedzay, por su parte, trabajaba como conductor de taxis.

 

Aunque los motivos exactos de su detención no ha sido divulgados, el FBI asegura que ambos sospechosos habían viajado a Pakistán en 2008 con Zazi, un indicio para las autoridades de tenían objetivos de atentar en EE. UU. En concreto, un atentado contra el sistema de transporte público de Nueva York a gran escala, muy parecido a los de Londres o Madrid.

 

El FBI cree que Zazi quería utilizar como detonador triperóxido de triacetone, más conocido como TAPT, el mismo tipo de explosivo que utilizaron los terroristas que atentaron en el transporte público en la capital británica en verano de 2005, o el que trató de usar Richard Reid, el extremista islámico que intentó camuflar una bomba en sus zapatos en un vuelo transatlántico en la Navidad de 2001.

Implentar el uso de escáneres

Por otra parte, las declaraciones de Barck Obama asumiendo toda la responsabilidad por los fallos en los sistemas de inteligencia dieron paso ayer al escrutinio minucioso de las severas directrices que trata de imponer Washington para el control de pasajeros en aeropuertos de todo el mundo. Ayer le tocó dar la cara a la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, para concretar las nuevas medidas.

 

Si en algo fue redundante Napolitano es la firme decisión del Gobierno de implementar el uso escáneres de cuerpo completo en los aeropuertos y en la búsqueda de mejores recursos tecnológicos para la seguridad aérea. Lejos de construir un su discurso en clave doméstica, hizo un llamamiento a otros países para que equiparen sus controles a los estándares norteamericanos. Obama había remarcado en su discurso que "no hay un medio infalible para dar seguridad a los miles de vuelos hacia EE. UU." y que es necesario un mayor esfuerzo inversor para reforzar la seguridad aérea.

 

Los expertos creen que la tecnología actual de control y otras estrategias usadas en los aeropuertos no pueden desbaratar todas las amenazas y el Ejecutivo de EE. UU. se ha comprometido a desarrollar mejores herramientas, sobre todo para detectar explosivos.

 

Las tres amenazas de seguridad más graves desde los atentados del 11-S en EE. UU. -el atacante con una bomba en sus zapatos a finales de 2001; un complot para derribar vuelos sobre el Atlántico en 2006 y el incidente de hace dos semanas- involucraron planes para hacer estallar aviones comerciales. Para detectar esas sustancias, vino a decir Napolitano, nada mejor que los escáneres, cuyo despliegue en territorio estadounidense es todavía muy escaso. En la actualidad hay 40 máquinas de cuerpo completo instaladas en aeropuertos estadounidenses y otras 300 serán desplegadas antes de que finalice el año. Washington prevé incrementar asimismo el número de policías de paisano en los aviones, una medida que entró en vigor tras los ataques contra la Torres Gemelas y el Pentágono que se había relajado en los últimos años.

 

Sin embargo, la responsable de Seguridad Nacional es consciente que si otros países no adoptan medidas similares será muy difícil garantizar la seguridad de muchos vuelos con destino a EE. UU. Por eso la funcionaria viajará a España a finales de mes para reunirse con sus homólogos europeos y buscar un consenso para el desarrollo de nuevos estándares de seguridad aérea. Mientras, Francia anunció ayer que va a probar este mes varios escáneres corporales en vuelos con destino a EE. UU. desde los aeropuertos de París, y se utilizarán con un protocolo para preservar la intimidad de los pasajeros.