CUMBRE LATINOAMÉRICA - EUROPA

El conflicto regional sobre las FARC planea sobre la cumbre Latinoamérica-UE de Lima

Chávez calienta el encuentro al tratar de desacreditar el informe de Interpol sobre los ordenadores de la guerrilla.

El conflicto regional sudamericano a causa de la guerrilla colombiana de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) planeó ayer entre los asistentes a la V Cumbre de presidente y jefes de Estado de Latinoamérica y la Unión Europea, reunidos en Lima bajo el lema "Respondiendo juntos a las prioridades de nuestros pueblos".


Los delegados trabajaron el documento de conclusiones de la cita centrándose en dos áreas temáticas consideradas prioritarias para ambos bloques: "Pobreza, desigualdad e inclusión" y "Desarrollo sostenible: medio ambiente, cambio climático y energía".


Sin embargo, más allá del debate de la cumbre, todos los presentes estaban ayer pendientes de los pasos, los gestos, las declaraciones y las intervenciones de los presidentes de Colombia, Álvaro Uribe; Venezuela, Hugo Chávez; y Ecuador, Rafael Correa, especialmente después de que Interpol asegurara que no había sido alterado el ordenador del jefe de las FARC, Raúl Reyes, donde supuestamente había documentos que revelaban vínculos entre Chávez y Correa con la guerrilla, como sostiene Uribe.


El venezolano fue el último en llegar a la capital peruana precedido por unas manifestaciones poco halagüeñas para la tensión bilateral: calificó el informe del secretario de la Policía internacional de "show de payasos", negó los lazos con la guerrilla y dijo que volvía a colocar las maltrechas relaciones con Bogotá "bajo profunda revisión".


Los secuestrados


Por su parte, antes de entrar en la sesión inaugural, Uribe -que no tenía previsto en su agenda un encuentro con sus dos colegas enfrentados- hizo un "llamamiento a esos bandidos de las FARC" que "deberían liberar hoy a los secuestrados, con motivo de esta cumbre; a la doctora Ingrid Betancourt y a todos los demás rehenes".


El jueves hizo unas manifestaciones similares el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. "El secuestro es un delito y exijo la liberación de Ingrid Betancourt y de todos los rehenes secuestrados por las FARC que no tienen ni nombre ni apellido", dijo.


El presidente peruano, Alan García, pronunció el discurso inaugural en su papel de anfitrión de unos 40 jefes de Estado y de Gobierno y de los representantes de otras 20 naciones -entre los ausentes destacaron los mandatarios francés, Nicolas Sarkozy, e italiano, Silvio Berlusconi- que en total personifican a mil millones de personas. García convocó a la unidad de los pueblos sudamericanos, a no fijarse en las cosas pequeñas y a superar el pesimismo sobre las posibilidades de luchar contra la pobreza y el calentamiento global.


"Es imperativo que en nuestras reuniones prime lo que nos une. Nos vincule aquello en lo que estamos de acuerdo, y dejemos de lado, por el momento, aquello que nos pone en desacuerdo", expresó García.


El conservador gobernante peruano, en presencia del primer vicepresidente de Cuba, José Manuel Machado Ventura, reivindicó la democracia: "Creemos firmemente en la democracia, creemos firmemente en la libertad. Sabemos que solo a través de elecciones libres, de la prensa libre efectivamente, y de la libertad de organización política y de pensamiento político, pueden expresarse los pueblos. Creemos que es a través de la democracia y de la libertad como debemos desempeñar nuestro camino".


En su turno, el presidente del Parlamento Europeo, el diputado alemán Hans-Gert Poettering abogó por "la democracia plural, la libertad de opinión y de información", el "respeto a los Derechos Humanos" y rechazó "toda forma de Gobierno dictatorial o autoritaria". En lo que se interpretó como un mensaje claro a Cuba, aunque nunca pronunció el nombre del país caribeño, añadió que "ya no deberían tener cabida en nuestro tiempo" el encarcelamiento por motivos políticos y la violencia contra otras formas de pensamiento.