ALIMENTACIÓN

El arroz comienza a ser un bien de lujo, al duplicar su precio en un año

El arroz es el principal sustento para cientos de millones de personas en el mundo, especialmente países en vías de desarrollo, y, al menos hasta ahora, uno de los más asequibles. Sin embargo, su precio se ha duplicado en un año y sigue en aumento, lo que ha llevado a las organizaciones internacionales a dar la voz de alarma En cualquier caso, el temor a las repercusiones económicas y humanitarias por la subida del combustible y los alimentos, particularmente del arroz, está alcanzando ya a los países ricos. El gigante estadounidense de los supermercados, Wal Mart, ha optado por el primer racionamiento alimenticio de la historia del país, limitando de nueve a cuatro kilos de arroz la cantidad que cada cliente puede comprar.


Naciones Unidas y el Banco Mundial ya han dado la voz de alarma por esta escalada de precios y la repercusión de estas alzas en una posible hambruna en los países más pobres. Sin embargo, el principal exportador del planeta, Tailandia, consideró exageradas estas advertencias. El primer ministro tailandés, Samak Suindaravej, descartó en una entrevista a la cadena BBC una intervención estatal en los precios y minimizó el impacto de la subida del arroz, hasta tal punto que lo destacó como beneficioso para los agricultores locales. "Estaba a cinco centavos el plato y ahora esta a diez", señaló, considerando que la gente puede adquirirlo igualmente.


Lo cierto es que en tan sólo en una semana el el arroz exportado de Tailandia ha incrementado su precio un 5%, hasta llegar al dólar por kilo de grano. Estos repuntes podrían ir a más y los comerciantes de Bangkok ya anticipan incluso que el arroz de referencia alcance próximamente los 1.300 dólares por tonelada si se confirma la insatisfecha demanda del principal país importador, Filipinas.


También se observa con especial atención el papel que puedan jugar Irán o Indonesia, que han reducido drásticamente las entradas de arroz a causa de los elevados precios. El ministro de Comercio indonesio, Mari Pangestu, confió en que de confirmarse la producción prevista la situación podría quedar "estabilizada", aunque los exportadores tailandeses reconocen que la tendencia actual mundial es de carestía. "Los precios permanecerán firmes por lo resta del año", dijo Chookiat Ophaswongse, presidente de la Asociación de Exportadores de Arroz de Bangkok. No obstante, los precios podrían subir entre un 10 y un 15% cuando aumenten las importaciones desde frica, donde millones de personas dependen del arroz como principal sustento.


Brasil se convirtió el miércoles en el último país en suspender las exportaciones, siguiendo los pasos de Vietnam o los autosuficientes Japón, China e India, máximos consumidores. No obstante, desde Bangkok se sigue rechazando esta drástica medida confirmando que el país cuenta con suficiente producción para abastecer el mercado nacional y a otros puntos. Estas informaciones han permitido tranquilizar a Malasia, que ya temía recortes en las importaciones de su vecino, pero que seguirá contando al menos con entradas de unas 480.000 toneladas de grano tailandés, un 60% de sus compras internacionales.

Ventas limitadas

Aunque las alzas de los precios de los alimentos están provocando disturbios en países subdesarrollados o en vías de desarrollo, Occidente tampoco permanece ajena a la escalada generalizada de los productos básicos y, especialmente, del arroz. Por este motivo, en Estados Unidos, la división Sam'sClub de Wal-Mart -la mayor cadena de supermercados del mundo- anunció una curiosa medida consistente en limitar las ventas de varios tipos de arroz "debido a las tendencias recientes de suministro y demanda", según la compañía distribuidora a granel, y que ha llevado a cabo la primera restricción de la historia en este país, que ni siquiera había contemplado la medida durante la Segunda Guerra Mundial. Así, cada cliente sólo podrá cuatro kilos, frente a los nueve de límite marcados antes para evitar acopios.


Europa también observa con preocupación la crisis alimentaria internacional. Francia, en su próximo papel como presidenta de turno de la UE, tendrá un papel crucial, aunque desde varios sectores se critica la postura gala por proteccionista, al defender nuevos controles en la frontera. En este escenario, Alemania y Francia reclaman a Bruselas que refuerce los subsidios para los agricultores europeos, Reino Unido cree que hay que ponerle fin a esas ayudas que distorsionan el mercado mundial.