PIDE UNA SOLUCIÓN URGENTE AL VERTIDO DE FUEL

EE. UU. da un ultimátum de 48 horas a BP

Obama transmite a Cameron su "profundo compromiso" con la "histórica" relación con el Reino Unido.

Un voluntario limpia las mancha de crudo en una playa de Gulf Shores, Alabama, ayer.
EE. UU. da un ultimátum de 48 horas a BP
DAN ANDERSON/EFE

El vicealmirante de los Guardacostas James Watson transmitió ayer a la petrolera británica BP un ultimátum para que plantee en un plazo de 48 horas una opción al vertido mejor que las hasta ahora barajadas. En una carta fechada el 11 de junio, Watson advirtió a la compañía de que los planes para contener el vertido del golfo de México no tienen el suficiente alcance. "BP debe identificar en las próximas 48 horas los medios para incrementar la contención del vertido que puedan ser aplicadas ágilmente", apuntó Watson, coordinador federal de la respuesta al vertido en la zona.

El vicealmirante subrayó además que el volumen del vertido ocasionado por la explosión en la plataforma 'Deepwater Horizon', propiedad de BP, se ha incrementado drásticamente.

La carta de Watson es una respuesta a una de BP en la que se detallan los planes por fases para contener el vertido, la mayoría de los cuales serían efectivos solo para mediados de julio.

"La combinación de las fases uno y dos supone una capacidad de entre 40.000 y 50.000 barriles diarios (...). Consideramos que este plan responde a sus órdenes", afirmó el director general de operaciones de la compañía, Doug Suttles.

Pero estas cifras no son suficientes, explicó Watson. "Usted indica que algunos de los sistemas planteados podrían tardar un mes o más en comenzar a funcionar. Comprendo la complejidad de este desafío, pero se debe invertir el esfuerzo que sea necesario para acelerar el proceso", dijo.

"También me preocupa que su plan no vaya lo suficientemente lejos como para movilizar los recursos superfluos en el caso de que haya un fallo del equipo de alguno de los buques o algún otro problema imprevisto", matizó.

Mientras tanto, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, subrayó ayer su "profundo compromiso" con la "histórica" relación con el Reino Unido pese a la tensión surgida entre ambos países a raíz del derrame de petróleo, informó la Casa Blanca.

El presidente mantuvo ayer una conversación telefónica con el primer ministro británico, David Cameron, en la que ambos abordaron el "impacto del trágico derrame petrolífero en el golfo de México".

Ambos reiteraron la importancia de que BP haga "todo lo que pueda para responder de forma efectiva a la situación", informó la residencia oficial estadounidense en un comunicado.

La conversación llega en medio de una creciente presión en el Reino Unido para que Cameron frene la acalorada retórica contra la petrolera en Washington, ante el temor a que las críticas pasen una elevada factura a la empresa y sus inversores.

Obama ha dicho que si de él dependiese despediría al consejero delegado de BP, Tony Hayward, respaldó la idea de suspender el dividendo trimestral de la empresa y la criticó por gastar 50 millones de dólares (41 millones de euros) en una campaña publicitaria en pleno derrame.

La petrolera, que ha perdido alrededor del 40% de su capitalización bursátil tras el derrame, tiene un enorme protagonismo en la economía británica, como demuestran los casi 1.400 millones de dólares (1.160 millones de euros) que pagó en impuestos el año pasado. Además, millones de jubilados dependen de los dividendos que paga la empresa, en la que los fondos de pensiones han realizado grandes inversiones.

"Cuando uno considera la enorme exposición de los fondos de pensiones británicos a BP, el que una gran empresa británica sea atacada constantemente en los medios comienza a ser un asunto de preocupación nacional", dijo el jueves en declaraciones a la BBC el alcalde de Londres, Boris Johnson.

Además de hablar sobre el derrame, Obama y Cameron abordaron también la situación en Afganistán; las recientes sanciones contra Irán aprobadas por el Consejo de Seguridad de la ONU y la importancia de que Teherán cumpla con sus "obligaciones internacionales", y la próxima reunión del G-20 a finales de mes en Toronto.