TENSIÓN ENTRE LAS DOS COREAS

EE. UU. presiona a China para que frene a Corea

Estados Unidos, condenó con firmeza la acción norcoreana que consideró indignante, hará este domingo maniobras militares conjuntas en el Mar Amarillo con Corea del Sur.

Miembros de emergencia, entre los restos de las casas destruidas, el martes en Yeonpyeong.
EE. UU. presiona a China para que frene a Corea
EFE/E. S.

El Gobierno de Estados Unidos espera que China use la influencia que tiene sobre Corea del Norte para reducir las tensiones tras el ataque norcoreano contra una isla surcoreana, y envíe un "claro mensaje" de que tiene que cesar sus provocaciones. "China es fundamental para impulsar a Corea del Norte hacia un cambio de dirección radical", señaló ayer el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.

Pekín, principal aliado del régimen norcoreano, expresó su "preocupación" por la situación creada entre las dos Coreas después del ataque del martes y ayer llamó a la "calma", mientras que EE. UU. condenó con firmeza la acción, que consideró indignante.

Crowley, que dijo que el ataque era "un acto premeditado" por parte de Pyongyang, insistió en que "se trata de un caso claro en el que se tiene que dar un mensaje consistente y unificado a Corea del Norte", y este ha sido el que han "trasladado a China".

El ataque con fuego de artillería contra la isla surcoreana de Yeongpyeong, cerca de la frontera entre las dos Coreas en el Mar Amarillo y que provocó dos bajas militares y dos muertos civiles, ha sido "una acción claramente premeditada, con la intención específica de exacerbar las tensiones en la región", afirmó Crowley.

"No es que China pueda dictar a Corea del Norte lo que tenga que hacer, pero Pekín, junto con EE. UU. y otros países, tiene que enviar un mensaje claro, directo y unificado de que es Corea del Norte la que tiene que cambiar" su actitud, recalcó.

Washington considera que China "tiene sus propios intereses en la paz y estabilidad" en la región y que los socios del diálogo nuclear a seis bandas (Estados Unidos, China, Japón, Rusia y las dos Coreas) tienen que hacer todo lo que puedan para cambiar los cálculos de Pyongyang. Mientras, Corea del Norte no debe hacerse "ninguna ilusión" ni pensar que puede "esconderse detrás de "ningún país en particular o ninguna declaración pública", subrayó.

También el primer ministro japonés, Naoto Kan, dijo que la comunidad internacional debe pedir a China que contribuya a rebajar la tensión en la península coreana tras la "intolerable" acción.

Por su parte, el Ejército estadounidense cree que el ataque norcoreano está vinculado con el proceso de sucesión del líder Kim Jong Il, que está en marcha en Pyongyang, según dijo ayer un alto mando militar. El jefe de Estado Mayor de EE. UU., el almirante Mike Mullen, advirtió de una desestabilización en el este de Asia si Corea del Norte desarrolla armas nucleares o sigue provocando a sus vecinos.

"Hay un liderazgo preocupante. Él (Kim Jong Il) es un tipo muy peligroso. Esto también está vinculado, pensamos, con la sucesión de este joven de 27 años que tomará el mando en algún momento, y él (el líder) sigue generando este tipo de acontecimientos", señaló.

Estados Unidos y Corea del Sur acordaron ayer realizar el domingo, día 28, maniobras militares en respuesta al ataque norcoreano, tras una conversación telefónica entre los presidentes Barack Obama y Lee Myung-bak. Las maniobras se celebrarán durante cuatro días en el Mar Amarillo y contarán con la participación del portaaviones nuclear estadounidense 'George Washington'.

Preocupación en Seúl

Mientras tanto, los surcoreanos vivieron ayer con preocupación el día después del ataque, que ha aumentado el temor a un enfrentamiento a gran escala que nadie desea en Seúl, a solo 60 kilómetros de la frontera. Pocos surcoreanos dudan de que la lluvia de obuses norcoreanos que arrasó parte de la isla de Yeonpyeong es el hecho más grave desde el fin de la guerra de Corea en 1953.