CONTRA LA DISCRIMINACIÓN

EE. UU. inicia la revisión de la ley contra homosexuales en el Ejército para anularla

Gates (izquierda), jefe del Pentágono, conversa con Mullen, jefe del Estado Mayor Conjunto
EE. UU. inicia la revisión de la ley contra homosexuales en el Ejército para anularla
EFE

La nueva política de Barack Obama no solo es una victoria para los soldados estadounidenses homosexuales. También altos representantes del Pentágono luchan ante el Senado contra la discriminación de gais y lesbianas en el Ejército. La estrategia del 'don't ask, don't tell' (no preguntes y así no cuentas) que prohíbe a los militares 'salir' del armario, está llamada a desaparecer. El presidente lo prometió en su primer año de mandato y lo reiteró en el discurso del Estado de la Unión.

 

Ahora el Gobierno se propone hacer realidad esa promesa. Ayer, el secretario de Defensa, Robert Gates, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, Michael Mullen, comparecieron ante el Comité de los Servicios Armados del Senado para allanar el camino a la desaparición de esta práctica.

 

Pero esto no va a ocurrir de la noche a la mañana. Gates y Mullen apuntaron que el proceso puede alargarse hasta un año. Un grupo de trabajo encabezado por el principal abogado del Pentágono, Jeb C. Johnson, y por el general Carter F. Ham, comandante del Ejército de EE. UU. en Europa, debe desarrollar planes para la integración de homosexuales en el Ejército. Debe aclararse, por ejemplo, si puede obligarse a los soldados heterosexuales a compartir alojamiento con sus compañeros homosexuales. De momento, Gates quiere dar un paso inmediato: a partir de ahora los soldados del Ejército que hayan hecho pública su condición homosexual no podrán ser perseguidos con la severidad empleada hasta ahora.

 

"No esperéis, no posterguéis", pedían los defensores de los derechos de los homosexuales. Hasta ahora se sentían postergados, ya que el presidente quería cumplir su promesa desde hace tiempo.

 

La semana pasada el presidente dio un paso más. "Trabajaré con el Congreso y con nuestros militares para eliminar la ley que prohibe a los americanos homosexuales servir al país que aman por ser como son", aseguró Obama. Esta norma, aprobada en 1993 bajo el Gobierno de Bill Clinton, permite expulsar del Ejército a los gais y lesbianas que muestren sus inclinaciones sexuales, una solución que por otra parte permitió el acceso de este colectivo al cuerpo militar.

 

Desde 1994, unos 13.500 soldados fueron expulsados del Ejército por no querer mantener la boca cerrada. Según la iniciativa jurídia Legal Defense Network, tan solo en 2009 abandonaron el servicio militar 428 homosexuales.

 

El soldado Dan Choi, que 'salió del armario', considera esa estratégia como una "política inmoral que obliga a los soldados americanos a mentir sobre su orientación sexual". "Obliga a otros a tolerar engaños (...) Los engaños y las mentiras envenenan la unidad y mutilan al Ejército", apunta el activista de Courage Campaign, que sufrió diez años los efectos de esa ley.

 

En el Congreso abunda la oposición a la reforma, sobre todo de los conservadores. "Modificar una política de semejante naturaleza fundamental en medio de dos guerras sería un grave error", asegura el senador republicano y ex candidato presidencial John McCain.