MUERTE DE GADAFI

EE. UU. advierte a Siria y Yemen del "final amargo" que espera a los dictadores

Los dirigentes de estos países Bachar Al Asad y Ali Abdalá Saleh se resisten a iniciar procesos de transición y mantienen enfrentamientos armados con los grupos rebeldes.

El Departamento de Estado de EE. UU. ha advertido a Siria y Yemen de que la muerte de Muamar el Gadafi muestra que "a un puño de hierro suele esperarle un final amargo", mientras prosiguen las revueltas populares contra sus regímenes.


En su conferencia de prensa diaria, el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Mark Toner, aseguró que la "trascendental" caída del dictador libio trae lecciones para los dirigentes de Siria y Yemen que, como él, están "en el lado incorrecto de la historia" y cuyos días "están contados".


"Esta es otra indicación de que a un puño de hierro suele esperarle un final amargo. Nos enseña que los líderes deben responder a las aspiraciones de su pueblo", dijo Toner.


El portavoz se refirió en concreto a la "alarmante" situación de Siria y Yemen, cuyos dirigentes Bachar Al Asad y Ali Abdalá Saleh se resisten a iniciar procesos de transición y mantienen enfrentamientos armados con los grupos rebeldes.


En cuanto a las circunstancias que rodearon la muerte de Gadafi, y que aún no se han esclarecido, Toner indicó que Estados Unidos seguirá hablando con el Consejo Nacional de Transición (CNT) y la OTAN y espera "tener una idea más clara en los próximos días".


Toner confirmó las informaciones según las cuales la OTAN atacó dos vehículos de fuerzas leales al depuesto líder, pero no comentó sobre otras más recientes que apuntan a que fue un avión no tripulado estadounidense el que atacó el convoy donde viajaba Gadafi.


La misión estadounidense sobre el terreno no ha visto de primera mano el cadáver de Gadafi, apuntó Toner, que descartó la necesidad e comprobar independientemente su fallecimiento porque Washington tiene un "alto grado de confianza en que está en efecto muerto".


El portavoz reconoció que Estados Unidos no tenía hasta este jueves "información sólida" sobre el paradero de Gadafi, aunque había recibido "indicaciones de que podía estar en Sirte"la ciudad donde nació.


Toner, que tampoco confirmó la muerte del hijo de Gadafi Saif al Islam, negó que la desaparición del dictador sea un triunfo de una suerte de "liderazgo en la sombra" por parte de Estados Unidos, que lideró la coalición internacional que intervino en el país.


"Estamos hablando de una historia que aún no ha terminado. Y esta es, por encima de todo, una victoria del pueblo libio", indicó.


El portavoz subrayó los muchos retos a los que se enfrenta la nueva Libia, y el "fuerte sentido de urgencia de que el CNT avance hacia la creación de un Gobierno de transición" al que sigan "elecciones libres y justas".


Otros de los "grandes desafíos", según Toner, están en la necesidad de establecer un control fuerte sobre las milicias y hallar los misiles perdidos del dictador libio, una tarea a la que el Departamento de Estado ha destinado ya 40 millones de dólares.