CUBA

Dos curas españoles asesinados en 5 meses

El asesinato del cura español Mariano Arroyo ha conmocionado a los vecinos de Regla, pueblo de las afueras de La Habana, cinco meses después de que la Iglesia católica y las autoridades cubanas afrontaran el apuñalamiento de otro sacerdote del mismo país y amigo suyo.


El cadáver de Arroyo fue encontrado el lunes, ensangrentado y con quemaduras, en su habitación de la casa parroquial de Regla y, según el arzobispado católico, "los primeros informes indican que (...) fue asesinado".


Su sacristán, Orlando Arocha, narró a Efe que un vigilante vio en la madrugada salir humo de la iglesia y avisó a un trabajador de la parroquia que tenía acceso a la casa de Arroyo, de 77 años.


"El humo que salía del colchón del cuarto no lo dejó darse cuenta de lo que le pasaba al padre. Lo cargó para sacarlo de la habitación y entonces notó que estaba muerto y ensangrentado", explicó Arocha.


No ha sido suministrada aún ninguna información oficial sobre el homicidio y el templo ha sido cerrado por los investigadores.


Patrullas de la policía y curiosos han permanecido desde el lunes frente al santuario de Regla, situado al otro lado de la Bahía y del puerto de La Habana.


Siguiendo la costumbre de atravesar la bahía en una lancha para rezarle a la Virgen de Regla, muchos visitantes continuaron llegando sin tener conocimiento del suceso.


"Estoy como sacristán desde hace un año y bastante cerca de él, y no concibo que pueda tener enemigos de ningún tipo", indicó Arocha, y apuntó que el sacerdote era "excepcional" y "muy caritativo".


En opinión de Luis Exposito, uno de los feligreses más activos de la parroquia, el asesinado "ayudaba mucho a todos los pobres y tenía muy buenas relaciones con todas las organizaciones del municipio".


"Esto es un hecho bastante repudiable por todo el pueblo de Regla (...) y estoy seguro de que va a ser esclarecido y los culpables van a ser castigados", afirmó.


La muerte de Arroyo, que pertenecía a la diócesis de Madrid y tenía previsto viajar a España de vacaciones el sábado próximo, llevó a establecer paralelismos con el asesinato en febrero pasado del también cura español Eduardo de la Fuente Serrano, de 61 años, amigo suyo.


De la Fuente era párroco de la iglesia de Santa Clara, en el barrio habanero de Lawton, y fue apuñalado y estrangulado, sin que hasta ahora se conozca el resultado de la investigación, aunque ha trascendido que hubo al menos dos detenciones.


En aquel caso, el cadáver fue hallado el 14 de febrero, también de madrugada, y fue repatriado cinco días después para que su familia lo sepultara en la población madrileña en la que nació, Guadalix de la Sierra.


Entonces el cuerpo fue encontrado en una zona apartada de La Habana y su coche apareció quemado en otro sitio lejano, un cañaveral del municipio de Bauta, a unos 20 kilómetros de la capital.


Algunos curiosos en los alrededores de la iglesia de Regla apuntaron la cercanía entre las fechas de los asesinatos y el hecho de que ambos sacerdotes fuesen amigos.


"Cada vez que (Arroyo) nos hablaba del padre Eduardo, se le aguaban los ojos. El se sentía medio culpable de su muerte, porque Eduardo estaba muy cómodo en Madrid y el lo animó a venir a Cuba", explicó Arocha a Efe.


Según su relato, la última vez que vio a Arroyo fue después de la última misa del domingo, y se encontraba "de lo mejor y con muy buen ánimo", por su viaje de vacaciones.


Mariano Arroyo Merino llevaba diez años en Cuba y desde diciembre de 2004 era rector y párroco del santuario de Regla.


Allí desarrolló "un intenso trabajo pastoral" y desplegó "un particular carisma hacia la religiosidad popular y el sincretismo religioso", aseguró el arzobispado.


En las religiones de origen africano, que practican junto con el catolicismo decenas de miles de cubanos, la Virgen de Regla es Yemaya, la diosa del mar.


Arroyo nació el 20 de febrero de 1932 en Cabezón de la Sal (Santander, norte de España), fue ordenado sacerdote en 1960 y estuvo como misionero en Chile de 1962 a 1968.