CONFLICTO EN EL CONGO

Continúan escaramuzas entre el Ejército y los rebeldes en el este de la RDC

De los alrededor de seis millones de habitantes de la provincia de Kivu Norte, se calcula que 1,2 millones viven desplazados en una situación desesperada, agravada en estas últimas semanas de combates entre los rebeldes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) y los efectivos gubernamentales.

Las continuas escaramuzas entre los rebeldes liderados por el general renegado Laurent Nkunda y las tropas del Ejército y las milicias que responden al gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) han desatado el caos en el este del país.


De los alrededor de seis millones de habitantes de la provincia de Kivu Norte, se calcula que 1,2 millones viven desplazados en una situación desesperada, agravada en estas últimas semanas de combates entre los rebeldes del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) y los efectivos gubernamentales.


Los enfrentamientos han paralizado prácticamente todas las entregas de alimentos, medicamentos y otros elementos esenciales para la supervivencia de las poblaciones.


Alan Doss, jefe de la Misión de las Naciones Unidas en la RDC (MONUC), hizo hoy un llamamiento para que las facciones enfrentadas desmilitaricen el área de Rutshuru, 90 kilómetros al norte de Goma, la capital provincial, a fin de que se pueda abrir "un pasillo de asistencia humanitaria" para los desplazados.


A las afueras de la ciudad de Rutshuru, se encuentra la pequeña aldea de Kiwanja, donde esta semana fueron hallados los cadáveres de decenas de civiles sepultados en once fosas comunes.


En una conferencia de prensa en Goma, Doss deploró las matanzas en Kiwanja, que tildó de "crímenes de guerra que no se pueden tolerar" y de los que responsabilizó al CNDP y las milicias Mai-Mai aliadas al Ejército congolés.


"Los condenamos, los deploramos y recordamos a los grupos involucrados que la ley internacional es muy clara en este sentido: Son crímenes de guerra que no podemos tolerar", dijo Doss, que encabeza la MONUC como representante especial del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon.


Las versiones sobre el número de muertos en esa población son muy dispares. La MONUC, que envió una comisión investigadora a Kiwanja, ha indicado que los cuerpos recuperados hasta ahora son 26, pero no descarta la posibilidad de que haya otras fosas comunes en el área.


Versiones no confirmadas oficialmente hablan de que el número de muertos en el pueblo se eleva a cerca de 180.


"Varios testigos han descrito incidentes que condujeron a la muerte de civiles el pasado martes", cuando los Mai-Mai intentaron capturar la aldea, que está en poder de los efectivos del CNDP, señaló Doss, quien puntualizó que "fuentes fiables hablan asimismo de graves violaciones de los derechos humanos en la localidad".


Los Mai-Mai conocidos también como Mayi-Mayi, son grupos milicianos de comunidades tribales formados para defender sus territorios de los ataques o invasiones de otras bandas armadas.


Sus orígenes se remontan a la segunda guerra en el este de la RDC (1998-2002) cuando fueron reclutados por el Gobierno de Kinshasa para combatir contra los banyamulenges, congoleños de la etnia tutsi, armados a su vez en ese conflicto por Ruanda, uno de los seis países que intervinieron en la conflagración.


Nkunda, él mismo un banyamulenge, lidera a cerca de 4.000 efectivos, en su mayoría miembros de esa etnia, y afirma que lucha para evitar que su comunidad sea masacrada por las tribus rivales y los milicianos hutus ruandeses, responsables del genocidio de 1994 en Ruanda y que se refugiaron en el este del entonces Zaire, cuando un régimen tutsi tomó el control en Kigali, la capital ruandesa.


Pese a sus motivos iniciales, Nkunda parece haber ampliado sus objetivos y pretende, tal como declaró recientemente, "liberar al pueblo congolés" y exige como condición para detener la rebelión que el presidente congoleño, Joseph Kabila, hable directamente con él, a lo que el régimen de Kinshasa se niega rotundamente.


Doss confirmó que la MONUC está reforzando su contingente en Goma, donde los "cascos azules" y efectivos del Ejército congolés aumentaron hoy el número de patrullas conjuntas después de que se produjeran durante la noche tiroteos esporádicos y varios incidentes de saqueos de las comunidades.


El funcionario de la ONU confirmó asimismo que uno de los "cascos azules", quien iba vestido de civil, murió ayer por arma de fuego, pero declinó dar más detalles del incidente porque la investigación del mismo aun no ha concluido.


Respecto de las afirmaciones rebeldes de que el Ejército congoleño está recibiendo apoyo militar -en soldados y pertrechos- por parte de Angola, Doss dijo que la MONUC no tiene conocimiento de ello.


"No tenemos informes directos e independientes para probar esa aseveración", concluyó.


La ONU se ha comprometido a defender Goma, pero su capacidad de respuesta ante un eventual ataque frontal de los rebeldes se vería limitada por la obligación de velar por la seguridad de los miles de civiles que se han refugiado en la ciudad tras abandonar sus comunidades para no quedar atrapados en el fuego cruzado de los combatientes.