BIRMANIA

Clinton insta a la Junta Militar a dejar en libertad a Suu Kyi

La secretaría norteamericana de Estado, Hillary Clinton, insistió en la necesidad de que la Junta Militar de Birmania (Myanmar) deje en libertad a la principal opositora y Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, al comienzo de una visita a Filipinas.


Clinton señaló en rueda de prensa que el arresto domiciliario que cumple Suu Kyi, pena que ha sufrido 14 de los últimos 20 años, "carece de fundamento" y es fruto sólo del liderazgo que ejerce sobre el movimiento democrático.


El miércoles, Clinton solicitó en Singapur, donde participó en una reunión ministerial del Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC), el apoyo de China, India y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) a los planes de Estados Unidos de promover la democracia en Birmania.


China es el mayor aliado de la Junta Militar de Birmania, país que ingresó en la ASEAN en 1997.


La diplomacia estadounidense con Clinton al timón ha dado un giro con respecto a la dictadura birmana al abrir la puerta al diálogo y los contactos directos, a la vez que mantiene las sanciones.


El secretario de Estado adjunto norteamericano para Asia Oriental y Pacífico, Kurt Campbell, y el vicesecretario del mismo departamento, Scott Marciel, visitaron Birmania la pasada semana, la visita de más alto nivel en 14 años, y se reunieron con el primer ministro birmano, el general Thein Sein, y Suu Kyi, entre otros.


EEUU quiere convencer al régimen de que promueva unas elecciones libres y justas en 2010, pese a que el jefe de la Junta Militar, el general Than Shwe, ha reiterado que los comicios se celebrarán sin ceder a las exigencias de la oposición y de la comunidad internacional.


Birmania está bajo una dictadura militar desde 1962 y no celebra elecciones desde 1990, cuando la Liga Nacional por la Democracia liderada por "La Dama", como es conocida popularmente por los birmanos Suu Kyi, venció con más del 82 por ciento de los votos, aunque nunca fue reconocido el resultado.


Además de Suu Kyi, las cárceles birmanas encierran a cerca de 2.200 presos políticos, la mitad de ellos arrestados desde las multitudinarias protestas antigubernamentales de 2007, conocidas como la "revolución azafrán".