TENSIÓN ENTRE DOS GIGANTES

China llama a consultas a su embajador en Washington en protesta por la visita del Dalai Lama

El Gobierno de Pekín está muy disgustado con la administración estadounidense tras el encuentro que Obama y el líder tibetano mantuvieron el jueves en la Casa Blanca.

El Gobierno chino convocó este viernes al embajador de EE. UU. para protestar oficialmente y pedir a Washington "acciones concretas" que reparen el "pernicioso impacto" en las relaciones bilaterales de la reunión entre el presidente norteamericano, Barack Obama, y el líder tibetano, el Dalai Lama.


El viceministro de Asuntos Exteriores, Cui Tiankai, presentó al embajador estadounidense en China, Jon Huntsman, la "solemne protesta oficial" por el encuentro entre Obama y el Dalai, celebrado ayer "a pesar de las repetidas advertencias contrarias de Pekín", informó la agencia oficial Xinhua.


Según un portavoz de la embajada de EE. UU. en Pekín, Huntsman le dijo a Cui que ha llegado el momento de avanzar y cooperar "en maneras que beneficien a los dos países, la región y el mundo".


Huntsman, ex gobernador del estado de Utah de 50 años, fue designado embajador en China hace menos de un año -pese a pertenecer al opositor Partido Republicano- por sus lazos con Oriente (trabajó en Taiwán, habla mandarín fluido y adoptó a una niña china).


El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Ma Zhaoxu, había afirmado antes que EEUU "violó gravemente" los principios de las relaciones internacionales y que actuó contra los comunicados conjuntos en los que dice que respeta la soberanía de China.


"EE. UU. debe dejar de interferir en los asuntos internos de China y adoptar medidas concretas para mantener el crecimiento sano y continuado de las relaciones", destacó Ma en un comunicado.


El hecho de que la reunión de 45 minutos entre Obama y el Dalai no se celebrara en el Despacho Oval, donde los presidentes reciben a los Jefes de Estado, sino en la Sala de Mapas y sin cámaras de televisión, no pareció calmar a Pekín. Y aún menos que el Dalai, de 74 años, dijera, al salir de la Casa Blanca, que se sentía "muy feliz" por el apoyo recibido.


El comunicado estadounidense de que Obama apoya la identidad cultural, lingüística y religiosa del Tíbet y la vigencia de los derechos humanos de los tibetanos en China no ayudó tampoco, aunque el mandatario de EE. UU. pidiera la continuación del diálogo con Pekín.


Tampoco calmó los ánimos de Pekín el saber que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que ya se había reunido en privado con el monje tibetano cuando era Primera Dama de EE. UU., mantuvo una conversación posterior con él.


Sin embargo, fuentes occidentales en Pekín destacaron que la enfurecida reacción por la acogida al líder tibetano en Washington parece destinada al consumo interno y a aprovechar la baza para conseguir una "compensación", ya que los dos países se necesitan, sobre todo sus economías.


Con los obstáculos surgidos tras la visita de Obama en noviembre a China por la venta de armas a Taiwán por 6.400 millones de dólares, aranceles a algunas importaciones chinas o la amenaza en enero de Google de retirarse del mercado chino, Ma no perdió oportunidad de pedir "medidas inmediatas" que palíen el daño.


China desea que EE. UU. fortalezca su economía y consecuentemente el dólar para que su cartera de valores estadounidenses a largo plazo, 755.400 millones de dólares en bonos del Tesoro, no sigan perdiendo valor, lo que teme y por lo que los redujo en diciembre en 34.200 millones de dólares.


Sin embargo, la cuerda no puede romperse y horas antes de la reunión en la Casa Blanca y a pesar de que Pekín había anunciado la cancelación de lazos militares con EE. UU., el portaaviones norteamericano "Nimitz" atracó en una visita a Hong Kong.


A la reacción del Gobierno chino se sumaron hoy todos los medios oficiales porque, según la cadena de televisión CCTV, "bajo la capa de la religión el Dalai Lama ha estado implicado en actividades destinadas a dividir China y minar la estabilidad social en Tíbet".


Nacido como Lhamo Thondup, el Dalai Lama fue designado líder del Estado teocrático de Tíbet en 1940, pero tras fracasar en su rebelión armada contra China se vio obligado a huir a India en 1959, donde estableció el llamado "Gobierno tibetano en el exilio".


"Han pasado 50 años y nunca perdemos la esperanza", dijo el Dalai al salir el jueves de la Casa Blanca.


Tras el encuentro con Obama, ya se ha reunido con todos los presidentes estadounidenses desde 1991, pero en público sólo con George W. Bush al recibir la medalla del Congreso.


Ayer, con Obama regresó a la privacidad. En un gesto hacia Pekín, el presidente de EE. UU. declinó recibirle antes de reunirse con los líderes chinos, lo que hizo en la visita al país en noviembre pasado.