EE.UU.

Bush promete que su plan económico paliará la recesión en "un periodo de incertidumbre"

La economía y la situación en Iraq centraron el último discurso sobre el Estado de la Unión del presidente George W. Bush. El presidente pidió públicamente a los legisladores que aprueben sin demora el plan de estímulo acordado la semana pasada entre la Casa Blanca y los líderes demócratas de la Cámara Baja por valor de 150.000 millones de dólares.

En el último discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente de EEUU, George W. Bush, trató de tranquilizar a la población al asegurar que el plan de reactivación que aprobará el Congreso evitará la recesión económica y permitirá la llegada de un "futuro próspero". La economía centró buena parte del discurso que Bush pronunció ante las dos cámaras del Congreso, el último antes de abandonar el cargo en enero del 2009.


El presidente reconoció que el país afronta "un periodo de incertidumbre", en un momento en que han aumentado los precios de los combustibles y la alimentación, y que el mercado inmobiliario atraviesa una grave crisis.


Por ello, pidió públicamente a los legisladores que aprueben sin demora el plan de estímulo acordado la semana pasada entre la Casa Blanca y los líderes demócratas de la Cámara Baja por valor de 150.000 millones de dólares. El paquete consiste en rebajas tributarias de entre 300 y 600 dólares para la mayoría de los estadounidenses, así como un recorte de impuestos por un monto total de 50.000 millones de dólares para las empresas.


"A largo plazo, los estadounidenses pueden estar confiados en nuestro crecimiento económico, pero a corto plazo todos podemos ver que el crecimiento está disminuyendo", dijo Bush, quien nunca antes había hablado tanto de la economía en su discurso sobre el Estado de la Unión.


En su búsqueda de apoyos en el Congreso, Bush pidió también a los legisladores que aprueben el Tratado de Libre Comercio con Colombia, porque su rechazo daría fuerza a "los que esgrimen el falso populismo en nuestro hemisferio". Bush calificó a Colombia como "un amigo de Estados Unidos que se enfrenta a la violencia y al terrorismo, y que combate el narcotráfico".

Lucha contra el terrorismo


La lucha contra el terrorismo y el despliegue en Iraq centraron otra buena parte de su intervención, en un momento en que Bush necesita que el Congreso le aporte 70.000 millones de dólares adicionales para las guerras. Desde los atentados del 11 de septiembre del 2001, el Congreso ha autorizado gastos bélicos por importe de 691.000 millones de dólares, de los que unos 440.000 millones se han usado en Iraq.


Pero Bush evitó hablar de cifras en su discurso, y recalcó que desde los ataques del 11-S "hemos luchado contra los extremistas y los terroristas. Seguiremos en la ofensiva, mantendremos la presión, y aplicaremos la Justicia a los enemigos de EEUU".


Además, aprovechó para defender la controvertida escalada de tropas en Iraq de enero de 2007 que, según dijo, ha permitido a Estados Unidos lograr "resultados inimaginables hace un año". "Algunos pueden negar que el incremento de tropas está dando buenos resultados, pero entre los terroristas no hay dudas. Al Qaeda está en retirada en Iraq y este enemigo será derrotado", dijo Bush.


"El pueblo iraquí percibe que ha ocurrido algo espectacular. Quienes temían que EEUU se preparaba para abandonarles ha visto a nuestras tropas entrar en algunos sectores despejándolos de terroristas y quedándose para asegurar que el enemigo no regrese". Ahora, aseguró, es posible el regreso escalonado y paulatino de las tropas, conforme se vayan consolidando los éxitos obtenidos, apuntó.

 

El peligro de Irán


En el repaso de los peligros que existen a nivel internacional, se refirió a Irán, y lanzó una enérgica advertencia a este país para que cese sus aspiraciones nucleares y su denunciado apoyo al terrorismo. "Sepan esto: Estados Unidos hará frente a quienes amenacen a nuestras tropas, defenderemos a nuestros aliados y protegeremos nuestros intereses vitales en el Golfo Pérsico", dijo el mandatario. Y a los líderes iraníes les advirtió: "Suspended la opresión en vuestro país y dejad de apoyar el terrorismo en el extranjero".


En su discurso, Bush mencionó otros temas de política interna, como la sanidad, la educación, así como la necesidad de reforzar las fronteras para frenar la llegada de inmigrantes ilegales. Consciente de que no logrará una reforma migratoria en lo que queda de mandato, Bush evitó referirse en exceso a esta cuestión, aunque sí dijo que la inmigración ilegal es un problema complicado, pero que "puede resolverse".