LONDRES

Brown secunda a Bush en Afganistán al decidir aumentar las tropas británicas

El Reino Unido, que también pedirá a la UE más sanciones a Irán como quiere EE. UU., tendrá su mayor nivel de efectivos en el país.

El primer ministro británico, Gordon Brown, dio ayer un importante espaldarazo al presidente de EE. UU., George W. Bush, al anunciar que enviará tropas extra para Afganistán y que pedirá a la UE nuevas sanciones contra Irán. Ambos mandatarios se reunieron ayer por espacio de dos horas en el número 10 de Downing Street para tratar sobre el programa nuclear iraní, la situación en Iraq y Afganistán -donde ambos países mantienen tropas-, la ronda de Doha de negociaciones comerciales o el proceso electoral en Zimbabue, entre otros asuntos.


Bush, que concluyó su gira europea por la tarde con una visita a Irlanda del Norte, se marchó de Londres no con una, sino con dos victorias bajo el brazo.


Brown anunció nuevas sanciones contra Irán y tropas adicionales para Afganistán, dos de los objetivos que Bush se proponía en su visita de despedida al continente. Además, ambos líderes se mostraron en sintonía con respecto a la presencia militar en Iraq, donde descartaron una retirada antes de haber cumplido sus objetivos.


El primer ministro británico anunció el envío de tropas extra del Reino Unido a Afganistán hasta situarlas en el "nivel más alto", y recalcó que en ningún caso será a costa de Iraq. Según explicará hoy el Ministerio de Defensa británico, el refuerzo constará de unos 230 ingenieros, personal logístico e instructores que elevarán el número de soldados del Reino Unido en Afganistán a cerca de 8.000, casi todos desplegados en la provincia sureña de Helmand. Brown resaltó que se trata del "mayor nivel" nunca alcanzado en la lucha contra los talibanes, con el fin de "aumentar la presión" y consolidar la "transformación de la seguridad" en dicho país.


Bush ha pedido reiteradamente a sus socios europeos en los últimos meses un aumento de sus contribuciones, tanto económicas como de soldados, para la estabilización de Afganistán.


En otra muestra de sintonía con el presidente de EE. UU., Brown rechazó una salida de las tropas de su país en Iraq al afirmar que "aún queda trabajo por hacer".


Según el primer ministro, la retirada se producirá una vez se hayan logrado los objetivos y no estableciendo "calendarios artificiales", la misma política que Bush reitera con regularidad.


Brown también declaró que ante el rechazo iraní a cancelar el enriquecimiento de uranio, "no tenemos otra opción más que intensificar las sanciones".


El Reino Unido adoptó ayer mismo sanciones en el sector petrolero y energético. También congelará los activos en el exterior de la principal entidad financiera iraní, el banco Melli. Londres "pedirá a la Unión Europea, y la Unión Europea accederá a" adoptar medidas similares, aseguró el primer ministro.


Bush le agradeció "una declaración clara, una declaración firme, una declaración necesaria" y dijo que "el mundo libre debe trabajar unido y al unísono para impedir que los iraníes desarrollen" armamento nuclear.