COMISIÓN DE INVESTIGACIÓN SOBRE IRAK

Blair aprovecha su declaración sobre la guerra de Iraq para sugerir una acción contra Irán

El ex primer ministro británico no tiene remordimientos por derrocar a Sadam Husein, aseguró en la comisión

Un manifestante disfrazado de Tony Blair simula estar encerrado durante las protetas, ayer.
Blair aprovecha su declaración sobre la guerra de Iraq para sugerir una acción contra Irán
F. Trueba/EFE

londres. El ex primer ministro británico Tony Blair pidió ayer cuestionar cómo sería el mundo si Sadam Husein siguiera en el poder en Bagdad y sugirió que una operación militar como la desarrollada para derrocar a su régimen hace ocho años podría ser conveniente en la actualidad contra el Gobierno de Irán.

Blair compareció durante más de seis horas ante la comisión independiente que investiga la guerra de Iraq, en una comparecencia en la que no hubo lugar para la autocrítica ni para el arrepentimiento y en la que el ex líder laborista optó por aplicar la estrategia de que "la mejor defensa es un buen ataque".

El ex primer ministro respondió a las preguntas, pero también las hizo él para instar a la opinión pública a cuestionarse qué estaría ocurriendo hoy si la coalición dirigida por Estados Unidos, y apoyada por el Reino Unido, no hubiera invadido Iraq en 2003. "La pregunta no es tanto sobre marzo de 2003, sino sobre 2010", afirmó el ex mandatario británico, quien argumentó que "Sadam iba a seguir siendo una amenaza y tenía previsto que le sucedieran sus hijos. Era alguien que llevaba 10 años desafiando a la ONU y no había razones para pensar que fuera a cambiar".

Blair aseguró que "intelectualmente" el ex presidente iraquí tenía la intención de volver a hacerse con un arsenal de destrucción masiva y que existía el riesgo de que lo utilizara, como lo hizo contra los kurdos, o que lo entregara a grupos terroristas, por lo que antes o después hubiera sido necesario usar la fuerza.

"Si le hubiéramos dejado en el poder, hubiéramos tenido que hacerle frente hoy en condiciones mucho más difíciles y con más problemas para recabar apoyo. Si me pregunta si estamos más seguros y mejor sin Sadam y sus hijos, creo que lo estamos", indicó.

Pero el ex primer ministro fue más allá y consideró que los actuales responsables políticos occidentales deberían tener la misma preocupación o mayor con respecto al supuesto intento de Irán de desarrollar un programa de armamento nuclear. El hoy enviado especial del Cuarteto para Oriente Medio manifestó que las políticas de Irán le producen un temor mayor que el que le generó el Iraq de Husein, ante el riesgo de que Teherán suministre armas de destrucción masiva a grupos terroristas.

Es por eso, dijo, que los líderes mundiales afrontan hoy el mismo tipo de decisiones sobre los peligros que representan los "regímenes opresores" que él afrontó hace siete años.

"Mi opinión es que los líderes de hoy tienen que tomar sus decisiones en el sentido de que no se pueden asumir riesgos con este asunto", afirmó. "Hoy tengo un temor mayor que lo tuve entonces, como resultado en concreto de lo que Irán está haciendo en la actualidad", declaró Blair, quien añadió que su temor "es que en Estados que son altamente represivos el peligro de una filtración de armas de destrucción masiva se deriva de que se convierten en porosos".

Mirando atrás, aseguró que se actuó de buena fe y que tuvo el convencimiento "más allá de cualquier duda" de que Husein tenía armas de destrucción masiva y estaba dispuesto a usarlas. "Esto no fue ni una mentira, ni una conspiración, ni un engaño. Fue una decisión", subrayó.

Visiblemente nervioso al principio de su comparecencia, Blair estuvo más cómodo a medida que avanzó la declaración, en la que solo titubeó cuando uno de los miembros de la comisión le recordó que cada mes mueren en Iraq cientos de personas a causa de la violencia. "Las cifras de muertos son terribles, pero la pregunta es quién los está matando", contestó Blair, convencido de que en Iraq "nadie quiere volver a los tiempos cuando no tenían libertad".

El presidente de la comisión, John Chilcott, terminó la sesión preguntándole si tenía "remordimientos" por lo ocurrido. Tras una breve pausa, Blair contestó: "Responsabilidad sí, pero no remordimientos por derrocarle. (Husein) era un monstruo que amenazaba no solo a la región, sino a todo el mundo".