TERRORISMO

Bin Laden creó una unidad para buscar traidores y espías dentro de Al Qaeda

El difunto líder de Al Qaeda se encontraba fuertemente preocupado por el número de víctimas producto de los ataques llevados a cabo por los aviones no tripulados de la CIA.

El difunto líder de Al Qaeda Osama bin Laden perdía buena parte de su tiempo en estudiar alternativas para que la red terrorista recuperase su poder y financiación, tal y como se extrae de la documentación hallada en el complejo de Abbottabad (Pakistán) en el que fuerzas especiales de Estados Unidos le dieron caza.


Durante el último año de su vida andaba preocupado por el elevado número de víctimas a consecuencia de los ataques de aviones no tripulados de la CIA, así como por la complicada situación financiera de la red, según las fuentes del 'The Washington Post'.


Bin Laden llegó a aprobar la creación de una unidad de contrainteligencia para encontrar a los traidores y espías. El jefe de esta unidad le trasladó a mediados de 2010 que estaba perdiendo «la guerra del espionaje» y no podría desempeñar las funciones encomendadas con su ínfimo presupuesto.


Uno de los principales remitentes era Atiyah abd al Rahman, que antes de la muerte de Bin Laden era el número tres de la organización. En 2010, Al Rahman expresó su frustración por la campaña de aviones no tripulados de la CIA, que había causado importantes bajas y a gran velocidad, lo que dificultaba la búsqueda de reemplazos para el organigrama interno.

 

«Dificultades financieras»

El propio Bin Laden había mostrado su malestar por la falta de financiación, y llegó a hablar de «dificultades financieras». En uno de sus mensajes «ordenaba a un subalterno formar un grupo que obtuviera dinero a través del secuestro y (pago de) rescate de diplomáticos», afirma una de las fuentes.


Los investigadores también estudian la correspondencia entre el líder terrorista y su entonces número dos y ahora sucesor Ayman al Zawahiri. Ambos lamentan que la batalla que libran contra Estados Unidos ya no fuera percibida entre los musulmanes como una guerra santa. También estaban preocupados por cómo el asesinato de civiles en Iraq y otros países podía socavar la posición de Al Qaeda entre los creyentes de esa fe.


Solo meses antes de que estallaran las revoluciones árabes, Bin Laden dijo a sus afiliados en Yemen y otros países que era demasiado pronto para crear un Estado islámico. Concluyó que no veía el apoyo suficiente. Al Qaeda en la península Arábiga había hecho esfuerzos en esta línea y mostró interés en establecer instituciones locales para imponer la 'sharia', una versión radical de los preceptos del islam, a lo que Bin Laden respondió que no se contaba con los suficientes apoyo.