MAÑANA ES LA MOCIÓN DE CENSURA

El Gobierno de Berlusconi, en la cuerda floja

En un intento de tender una última mano a los grupos moderados y, sobre todo, a los seguidores de su ex aliado Gianfranco Fini, Berlusconi ofreció un último pacto para permitir al Ejecutivo terminar la legislatura en 2013

El primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, hoy en el Parlamento
Berlusconi aboga por no llevar a Italia a una crisis política
AFP

La incertidumbre política marcó las que pueden ser las últimas horas del Gobierno del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, quien este martes se somete a dos mociones de censura y una de confianza ante las que todas las posibilidades quedan abiertas.


En un intento de tender una última mano a los grupos moderados y, sobre todo, a los seguidores de su ex aliado Gianfranco Fini, Berlusconi ofreció un último pacto para permitir al Ejecutivo terminar la legislatura en 2013, algo que viene siendo cada vez más improbable desde el pasado verano.


Exactamente con el mismo discurso, el primer ministro compareció a primera hora en el Senado, donde se someterá a una cuestión de confianza, y por la tarde cerró la jornada en la Cámara de los Diputados, donde deberá también este martes afrontar dos mociones de censura en una única votación conjunta.


El mandatario ofreció un nuevo pacto de legislatura, abierto a todas aquellas fuerzas políticas italianas que se reconozcan en el seno del Partido Popular Europeo (PPE), en especial al grupo Futuro y Libertad para Italia (FLI), escindido de su partido tras la expulsión en julio pasado del cofundador, Gianfranco Fini.


"Por mi parte, considero que es mi responsabilidad no dejar de lado ninguna posibilidad de diálogo con la oposición y que es mi responsabilidad recomponer la unidad y la alianza de todas las fuerzas moderadas que estuvieron en el origen de nuestro compromiso", dijo Berlusconi.


El primer ministro volvió a apelar a la responsabilidad de los partidos políticos para no hacer caer a su Gobierno y abrir una "crisis del vacío" ante la actual coyuntura económica internacional, pero su actitud conciliadora no encontró respuesta en ninguno de los partidos de la oposición, ya sea de uno u otro signo político.


Por ello, tras la primera comparecencia de Berlusconi los movimientos entre los partidos políticos se sucedieron en los pasillos y salas del Parlamento italiano, donde lo que queda por saber ahora es si el Gobierno conseguirá alcanzar la mayoría en la cámara baja, dado que en el Senado no está comprometida.


Como ya ocurriera el pasado 29 de septiembre, cuando se sometió a sendas cuestiones de confianza en las cámaras alta y baja, la clave la tiene FLI, sobre todo algunos diputados que no están de acuerdo con la decisión de Fini de derrocar al Ejecutivo y que han intentado hasta última hora propiciar un acuerdo.

Posibilidad de dimitir


Por la tarde, entre una y otra comparecencia del mandatario, FLI ofreció a Berlusconi la posibilidad de dimitir tras obtener mañana la confianza en el Senado (donde se celebrará la primera votación) y así evitar las mociones de censura. A cambio, los "finianos" se abstendrían en la cámara alta.


Con este acuerdo, los parlamentarios de Fini buscaban además cerrar la pequeña crisis abierta en su seno, donde algunos diputados como Silvano Moffa habían manifestado su oposición a la censura al Gobierno de Berlusconi y hacían peligrar el voto en bloque de FLI para hacer caer al Ejecutivo.


Pero fuentes del Pueblo de la Libertad (PDL), el partido de Berlusconi, respondieron inmediatamente con un "no" al pacto de FLI, grupo que rechaza las elecciones anticipadas y apuesta por la dimisión del primer ministro para la creación de un nuevo Gobierno.


Todo esto es justo lo contrario de lo que pretende Berlusconi, quien afirmó hoy que "el pueblo" es el único que puede decidir si un Gobierno ha actuado bien o debe dimitir e instó a FLI a que explique cuáles son sus pretensiones con una moción de censura que puede abrir una crisis "de la que se desconocen las consecuencias".


Berlusconi, quien se muestra confiado de que obtendrá la mayoría, puso fin a la jornada de la misma forma que la comenzó, es más, repitió exactamente el mismo discurso, algo que reprochó de un modo bronco el jefe del opositor Partido Demócrata (PD) en la Cámara de los Diputados, Dario Franceschini.


Su compañera de filas, Rossy Bindi, también del PD, se atrevió, incluso, a anunciar que este martes se cerrará "el ciclo de Silvio Berlusconi", pero la cuestión ahora es saber el sentido del voto de algunos diputados independientes, bajo la sospecha de la compra de votos a favor del primer ministro que investiga ya la Fiscalía de Roma.