ENTE JÓVENES Y POLICÍAS

Batalla campal sin precendentes en el centro de Roma

Las violentas protestas contra Silvio Berlusconi se saldaron con 41 detenidos y 97 heridos, la mitad de ellos policías.

Momento de uno de los enfrentamientos entre  la Policía y los manifestantes en Roma.
Duros enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes en Roma
EFE

Los romanos viven habitualmente con cierto caos -se trabaja en una ley que fije el techo máximo de una manifestación al día- y se habían preparado ayer para una jornada difícil, pero la batalla campal que se armó en el centro de la ciudad superó las expectativas. Lugares emblemáticos de la capital del país se convirtieron en escenario de una batalla campal. La plaza del Pueblo fue uno de los centros neurálgicos, con vehículos ardiendo y negras columnas de humo que ascendían junto al exclusivo Hotel de Russie.


Cargas y combates cuerpo a cuerpo en Vía del Corso, en Corso Vittorio Emmanuele o en la plaza de Venezia. Cajeros y contenedores quemados, unos 300 coches dañados y decenas de escaparates destrozados. Hubo 57 policías y 40 manifestantes heridos, además de 41 detenidos. La imagen de un agente rodeado de encapuchados y empuñando una pistola quedó como símbolo de la jornada. Hacía años que en Roma no se veían disturbios tan encarnizados. Es una grave señal de grupos violentos contra Silvio Berlusconi. No es casual que la guerrilla alcanzara su punto de máxima tensión tras saberse que el Gobierno había superado la moción de censura. Los incidentes se atribuyen a pequeños grupos de radicales del llamado 'Black block', conocidos en las protestas antiglobalización por estar especializados en liarla y romper los cordones policiales.


El centro, blindado


Irrumpieron en una jornada de varias manifestaciones pacíficas que recorrían el centro de Roma. El meollo del núcleo histórico, donde se hallan la Presidencia del Gobierno, el Senado y la Cámara de Diputados, amaneció blindado por cientos de policías antidisturbios y con numerosas calles cortadas. Desde primera hora desfilaron varias marchas de todo tipo: estudiantes, universitarios, centros juveniles de izquierda, sindicatos, víctimas del terremoto de L'Aquila, trabajadores del metal, el movimiento civil anti-Berlusconi llamado Popolo Viola... Cada una con su reclamación al Gobierno, eligieron la jornada decisiva de ayer en el Parlamento para hacerse ver, y para dar la imagen de un Ejecutivo acosado también en la calle. Entre todas, reunían unas cien mil personas de forma pacífica. Pero hacia el mediodía la cosa se desmadró.


Además, varios centenares de jóvenes invadieron las pistas del aeropuerto de Palermo y paralizaron durante varias horas el puerto de la ciudad siciliana y en Milán irrumpieron en la Bolsa de valores, lanzando octavillas contra los inversores a los que acusaron de "ladrones y mafiosos".