WIKILEAKS

Assange, ya libre: "Espero continuar con mi trabajo"

El fundador de Wikileaks sale de la cárcel tras pagar la fianza de 326.000 euros.

Assange comparece ante la prensa en el exterior del Tribunal Superior de Londres.
Assange, ya libre: "Espero continuar con mi trabajo"
FACUNDO ARRIZABALAGA/EFE

Julian Assange, fundador de Wikileaks, fue puesto ayer en libertad bajo fianza, tras permanecer en prisión durante ocho días para prevenir que pudiera huir y no responder a una investigación sobre posibles delitos sexuales en Suecia.

Assange afirmó en las puertas del Tribunal Superior de Londres que continuará ahora con su trabajo y que mantendrá su inocencia cuando las autoridades suecas remitan la documentación necesaria para iniciar el juicio de extradición, que dará sus siguientes pasos en enero y puede extenderse varios meses.

"Espero continuar con mi trabajo", dijo Assange. Minutos después partía en un vehículo militar con pintura de camuflaje para operar en el desierto conducido por Waughan Smith, el ex capitán del Ejército británico y ex periodista que le acogerá en su mansión del este de Inglaterra en cumplimiento de las condiciones para su libertad bajo fianza. Tenían que llegar a las diez de la noche para cumplir con el toque de queda que se le ha impuesto.

La puesta en libertad de Assange llegó tras una jornada en la que un juez del Tribunal Superior despachó en hora y media el recurso presentado a la decisión de un magistrado de darle la libertad bajo fianza y tras una carrera contrarreloj de sus abogados y avalistas para hacer las transferencias que permitieran su libertad sin pasar una noche más en prisión. La fianza fue de 326.000 euros.

Assange agradeció el veredicto al sistema judicial británico, "donde el resultado no es siempre justo, pero que no está aún muerto", e invocó su permanencia en una celda de la cárcel de Wandsworth para llamar a quienes le han manifestado su apoyo a extenderlo a presos en peores condiciones en otros lugares del mundo.

El procesamiento de Assange ha creado una gran expectación mediática y el juez Duncan Ouseley se sintió obligado a dictar una prohibición a los casi cien periodistas que asistían a la vista de usar sus teléfonos u ordenadores para transmitir sus impresiones por Twitter. Incluso afirmó que si alguno era sorprendido en el acto de 'twittear' iría a la cárcel inmediatamente.

Ouseley aceptó casi todo el veredicto del magistrado de primera instancia hace dos días y se limitó a elegir a las personas que debían entregar las cantidades adicionales de la fianza. Su argumento fue que algunos avalistas lo eran por la causa general de Wikileaks y que, si el procesado huía, podían intentar seguir con su labor periodística.

Cuando abogados y juez repasaban la lista, el australiano Geoffrey Robinson, que defiende al australiano Assange, sugirió al periodista John Pilger, también australiano. Ouseley se negó a aceptarlo como avalista por ser "otro peripatético australiano".