ANIVERSARIO DE LA INDEPENDENCIA

Argentina ignora el bicentenario de su independencia

La Copa del Mundo de fútbol, en cambio, y la expectativa de ganar, entusiasma mucho más a los compatriotas de Maradona y Messi.

La presidenta Cristina Fernández saluda a sus seguidores ante la catedral de Luján, ayer.
Argentina ignora el bicentenario de su independencia
LEO LA VALLE/EFE

Desencantados y hasta molestos con el Gobierno de Cristina Fernández, muchos argentinos han ignorado las celebraciones del bicentenario de la Revolución de Mayo que condujo a la independencia de España, que comenzaron el día 20 y culminaron ayer con un espectáculo en las calles de Buenos Aires.

Como si tuvieran temor de que su patriotismo sea capitalizado por la Administración de turno, que no goza de una amplia simpatía, muy pocos colocaron una bandera celeste y blanca en su balcón, como era tradición hasta hace algunos años. Para lograr acercar a los ciudadanos a los múltiples actos, desfiles y conciertos en Buenos Aires, la presidenta decretó que el sábado, víspera del gran día festivo, fuese también no laborable, pero muchos argentinos optaron por hacer turismo y no acudir a los actos.

La Copa del Mundo de fútbol, en cambio, y la expectativa de ganar, entusiasma mucho más a los compatriotas de Maradona y Messi. De hecho, la mayoría de los argentinos hace semanas que cuadra su agenda para que los compromisos laborales no coincidan con los días en los que juega Argentina.

Si bien la presidenta logró en los últimos meses remontar la caída en las encuestas, su imagen negativa está aún en torno a 50%. Muy lejos de la popularidad del brasileño Luiz Inácio 'Lula' da Silva, o de la que gozaban al finalizar sus mandatos la ahora ex presidenta chilena Michelle Bachelet o el ex mandatario uruguayo Tabaré Vázquez, todos afectados por los efectos de una misma crisis global.

Algunos creen que es por eso que las celebraciones no convocaron a multitudes como ocurrió en 1910. Desde el Gobierno, el bicentenario no fue construido como un evento fundador de ningún proceso nuevo. Tampoco se planteó como balance, quizás porque el saldo no sería halagueño. Ahora hay un vasto sector de la sociedad que está excluido del progreso, tal como ocurría hace 200 años con los indios, los esclavos o los gauchos. Los recursos naturales están exhaustos. Bosques, suelos, aguas y pesquerías están al borde del colapso, y no porque el país haya dado un salto de desarrollo.

Muy distinta fue la celebración del primer centenario. En 1910, cuando llegó la primera gran oleada de inmigración europea, también había sectores excluidos del desarrollo, pero fueron barridos bajo la alfombra roja. España estaba entonces más cerca y al igual que muchos otros países se hizo presente en las celebraciones y exposiciones. La infanta Isabel de Borbón viajó para la ocasión y colocó la piedra fundamental del que fue luego el Monumento a los Españoles en el bosque de Palermo.