ALBANIA

Albania mira al pasado con recelo

La apertura de los archivos comunistas en el país más pobre de Europa enfrenta a los conservadores con los herederos del régimen anterior.

Albania decidió a finales del pasado mes de diciembre abrir los archivos de la Sigurimi, la policía secreta del régimen comunista de Enver Hoxa, que dirigió con mano de hierro el país balcánico de 1945 a 1990, y fue el más represivo y siniestro del bloque socialista europeo. El Parlamento albanés tomó esta decisión, que se concreta en la denominada ley 'Sobre la Limpieza de los Funcionarios de la Administración Pública y Electos' con el objetivo de dar a conocer a la población las trágicas consecuencias de 45 años de feroz dictadura, que hizo de Albania el país más pobre y aislado del Viejo Continente. Prácticamente todo estaba prohibido, desde opinar, votar o afiliarse a un partido o sindicato, hasta escuchar música rock, dejarse patillas o mantener relaciones sexuales prematrimoniales.


Albania, 'el país de las águilas', por deseo expreso del PTA (la versión local del partido comunista) y su líder, Enver Hoxa, se enemistó con la URSS y Yugoslavia, después con China, mantuvo escasas relaciones con Occidente e impulsó un régimen político tiránico y un sistema económico y social arcaico y autárquico. A partir de ahora, casi 20 años después de la caída del comunismo albanés, todos los ciudadanos que lo deseen, especialmente los antiguos represaliados, podrán conocer su expediente personal. El otro objetivo de la ley es impedir que los antiguos agentes de la Sigurimi y los cargos públicos que colaboraron con esta policía política puedan seguir sirviendo al Estado. La ley, que fue aprobada con los votos del conservador Partido Democrático del primer ministro Sali Berisha, no cuenta, sin embargo, con el apoyo de todos, empezando por el Partido Socialista de Edi Rama, que excepto en el caso de dirigentes jóvenes que defienden posturas socialdemócratas, es el instrumento que utilizan muchos antiguos comunistas para seguir teniendo poder.


Sali Berisha defiende la ley a capa y espada, a pesar de que tampoco cuenta con el apoyo de la judicatura y algunos diplomáticos extranjeros, que ponen en duda la constitucionalidad de la norma.


El primer ministro asegura que la ley "no tiene por objetivo la venganza, sino expulsar de la administración a los que perpetraron y asistieron en crímenes" durante la etapa comunista, y acusa al líder de la oposición socialista de "defender públicamente a un grupo de individuos que ordenaron que muchos ciudadanos albaneses fueran colgados o fusilados y sus cadáveres arrastrados por las calles de las ciudades, incluso después de la caída del Muro de Berlín".


Por su parte, Edi Rama asegura que la derecha gobernante ha impulsado esta ley para impedir que determinados jueces y fiscales investiguen tramas de corrupción que implican a altos responsables del actual Ejecutivo de Tirana, como en el caso de las obras de una autopista que debe unir Albania con Kosovo a través del puerto de Durës y la ciudad de Kukës. El embajador de Estados Unidos en Albania, John Withers, también se ha unido a las críticas de la oposición, mientras que la presidenta de la Asociación Nacional de Jueces, Manjola Bejleri, asegura que la ley "no es conforme a la Constitución y las normas internacionales", porque no garantiza el libre ejercicio de los magistrados y les obliga a actuar bajo presión política.


Pobreza y tráfico de drogas


Albania sigue siendo un país económicamente muy atrasado. Según el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la ONU de 2007, sobre un total de 177 países, Albania ocupa el lugar número 68, por detrás de otros Estados balcánicos como Rumanía, Bulgaria, Croacia y Bosnia-Herzegovina. Aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que Albania no se ve demasiado afectada por la crisis, porque no está lo suficientemente integrada en el sistema financiero internacional, el país balcánico sufre una situación de subdesarrollo.


El 25% de la población vive con menos de dos dólares al día; en algunas zonas rurales el 80% de sus habitantes es pobre y decenas de miles de personas, sobre todo jubilados que cobran pensiones del orden de 20 a 70 euros al mes, sobreviven gracias al dinero que envían sus familiares emigrantes en la Europa rica. Esta "generación de personas sin suerte", como la califica el decano de la Facultad de Economía de la Universidad de Tirana, Omer Stringa, podría encontrarse sin esa pequeña ayuda económica que viene del extranjero, porque la crisis internacional ha mandado al paro a muchos emigrantes albaneses y les puede incluso obligar a regresar a su país.


El propio Sali Berisha y su ministro de Economía, Genc Ruli, lo han reconocido. Según un estudio reciente, las remesas de los emigrantes se redujeron un 13% entre enero y septiembre 2008, con respecto al mismo periodo del año anterior. Los economistas señalan que el envío de menos remesas del extranjero significará más penuria para la población más pobre, que en muchos casos, para sobrevivir, se ve en la obligación de traficar con droga.


Según informaciones publicadas en la prensa albanesa y de otros países balcánicos, muchos jubilados de pueblos enclavados en zonas muy pobres sólo pueden sobrevivir vendiendo marihuana. Algunos han sido detenidos por la policía y procesados como traficantes de drogas.


La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (ONUDC) indica que Albania es el segundo país de Europa en producción de cannabis. Este boyante negocio, según algunos expertos, no beneficia a los jubilados empobrecidos, sino a las poderosas mafias que controlan una parte sustancial de la economía del país y sobornan a su antojo a jueces, policías y políticos.


Negocios bancarios


La otra cara de la moneda es que "los bancos albaneses son los más rentables de Europa", según afirma Elvin Meka, secretario general de la Asociación de Banqueros del "país de las águilas".


Aunque algunas filiales albanesas de bancos extranjeros han sufrido pérdidas en 2008, sobre todo debido al incremento de los costes financieros, el mayor banco del país, Raiffeisen Albania, cerró el año con beneficios. Así las cosas, es difícil de prever en qué medida Albania se verá golpeada por la recesión internacional en 2009, entre otras cosas, porque el país ni siquiera dispone de un sistema nacional de contabilidad moderno y fiable. Pero de lo que no hay duda es de que en el territorio más atrasado de Europa, junto con Moldavia, seguirá habiendo una mayoría de ciudadanos muy pobres, frente a mafias, empresarios corruptos y malos gobernantes.