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Albania entra en una espiral de violencia tras las marchas contra el Gobierno

El país más pobre de Europa está en manos de poderosas mafias que controlan un tercio de la economía y tienen ramificaciones en EE. UU.

Albania, que junto con Moldavia es el país más pobre de Europa, vive protestas multitudinarias en las calles de Tirana contra el Gobierno conservador de Sali Berisha. El pasado 21 de enero, tres personas resultaron muertas a balazos en una marcha de unas 25.000 personas que organizó el opositor Partido Socialista Albanés contra «la manipulación» y «la corrupción» de Berisha. Este partido, que da cobijo a antiguos gerifaltes del régimen comunista, asegura que el primer ministro albanés falsificó los resultados de las elecciones legislativas de 2009 y teme que haga lo mismo en las de 2013. Pide la dimisión del jefe del Ejecutivo.

El alcalde de Tirana y líder de la oposición socialista, Edi Rama, anunció después de la primera protesta callejera que se iban a producir nuevas manifestaciones masivas, como así ha sido. Por su parte, Berisha llamó a la población a manifestarse en Tirana «contra la violencia», y acusó a Edi Rama de querer organizar «un golpe de Estado» contra «la libertad de Albania».

«Una guerra civil»

Según Berisha, la oposición quiere provocar «una guerra civil» y, frente a esta supuesta estrategia, «la Policía ha hecho una labor heroica, extraordinaria». Sin embargo, seis agentes de la Guardia Republicana albanesa podrían ser procesados como presuntos autores de la muerte de tres personas en la manifestación del 21 de enero.

Para el número dos de los socialistas albaneses, Saimir Tahiri, «Albania acabará como Túnez por culpa de este régimen corrupto», una posibilidad que ha sido descartada tajantemente por Berisha, quien, en declaraciones a la BBC, devolvió la pelota a la oposición al decirle a su pueblo: «Los hijos bastardos de nuestros propios Ben Alís han concebido una especie de escenario tunecino para vosotros, ciudadanos de Albania, pero ningún poder del mundo es capaz de manipular la libre voluntad del pueblo albanés».

Los analistas políticos advierten de que Albania ha entrado en una espiral de violencia e inestabilidad, aunque la UE, Estados Unidos y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa sostengan lo contrario. La estructura social y económica subdesarrollada del antiguo país comunista influye negativamente en las instituciones democráticas, que no gozan de buena salud. Un 25% de la población vive con menos de dos euros al día y muchos sobreviven gracias al dinero que envían sus familiares emigrantes en Europa.

Pero la crisis internacional ha frenado estas remesas y en las zonas más pobres del país el tráfico de drogas se ha convertido en la única fuente de ingresos para mucha gente. Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen, Albania es el segundo país de Europa en producción de cannabis, un negocio que está en manos de poderosas mafias que controlan un tercio de la economía y tienen en nómina a políticos, jueces y policías. El crimen organizado tiene fuertes ramificaciones en Europa y Estados Unidos y se caracteriza por su violencia y crueldad.