Después de la reunión en Ginebra entre distintas potencias internacionales e Irán, el presidente iraní, Mahmoud Ahmadineyad, anunció que considera las negociaciones como "un paso adelante", pero no confirmará antes de dos semanas la decisión que tomará respecto al enriquecimiento de uranio. Las potencias convocantes, con la presencia excepcional de Estados Unidos, aseguraron tomar medidas más severas en el caso de que no se detengan las actividades nucleares. Sin embargo, Irán asegura que los fines son únicamente pacíficos, para generar electricidad.

El principal negociador nuclear iraní, Saeed Jalili, insistió en que Teherán ni siquiera discutiría en la reunión la demanda exigida por las potencias convocantes. Sin embargo, el presidente iraní se mostró mucho más positivo tras la reunión y dejó abierta la esperanza de que pueda realmente llegarse a un acuerdo. Ahmadineyad anunció que "cualquier negociación que tenga lugar es un paso adelante". No obstante, de momento continuará con la actividad nuclear que está desarrollando.

Por su parte, el jefe de política exterior de la Unión Europea, Javier Solana, dijo después de seis horas de negociación en Ginebra que esperaba una clara respuesta de Teherán en unas dos semanas en respuesta a la oferta de incentivos técnicos y comerciales presentada por las potencias mundiales para que detenga su actividad nuclear con el enriquecimiento de uranio. Solana especificó, además, que esta sería una oportunidad para Irán para "interactuar con la comunidad internacional", según informaciones de la CNN. Además, aseguró que "las experiencias que hemos tenido en años anteriores nos dicen que las diferentes partes, por sí solas, no pueden resolver esto", justificando, así, el motivo de la convocatoria de esta reunión en Ginebra.