Los talibanes de Pakistán causan una masacre en una mezquita de la Policía

Un suicida acaba con la vida de 61 personas y deja más de un centenar de heridos en Peshawar al inmolarse en el templo durante el rezo del mediodía, al que habían asistido entre 300 y 400 agentes

Atentado suicida en el interior de una mezquita en la ciudad de Peshawar (Pakistán)
Atentado suicida en el interior de una mezquita en la ciudad de Peshawar (Pakistán)
FAYAZ AZIZ

El terror golpeó en la mezquita del cuartel general de la Policía en Peshawar, al norte de Pakistán, y al menos 61 personas perdieron la vida y más de un centenar resultaron heridas, según los datos ofrecidos por el hospital Lady Reading de esta ciudad situada al norte del país, cerca de la frontera afgana. Un suicida del grupo Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP) se inmoló en medio de los fieles al inicio de la oración del Zuhr, el rezo de la tarde, y la potencia de la explosión hizo que parte del edificio se derrumbara.

Las autoridades aseguraron que el templo estaba prácticamente lleno con unos 300 o 400 agentes orando en esos momentos. Los servicios de rescate trabajaron sin descanso intentado encontrar supervivientes entre los escombros en este ataque que es el más grave sufrido por esta ciudad desde marzo, cuando otro ataque de un kamikaze contra una mezquita chií causó 64 muertos. En este caso fue obra del grupo yihadista Estado Islámico (EI).

TTP logró burlar las medidas de seguridad en la zona de Police Lines, sobre el papel, una de las áreas mejor fortificadas de la ciudad. La mezquita está dentro de un complejo en el que se encuentran las oficinas de los servicios de inteligencia y las unidades antiterroristas y se levanta junto al edificio que acoge el gobierno regional. El primer ministro, Shehbaz Sharif, se trasladó de urgencia a Peshawar para visitar a los heridos en el hospital, condenó el atentado y aseguró que quienes lo han perpetrado «no tienen nada que ver con el Islam. Los terroristas lo único que desean es generar miedo a través de estos ataques contra aquellos que se dedican a defender Pakistán». La amenaza de nuevos ataques hizo que la Policía declara la alerta de máxima seguridad en las principales ciudades del país.

El analista Zeeshan Salahuddin recurrió a Twitter para compartir sus reflexiones y escribió que este atentado "ha golpeado directamente a oficiales de Policía, personal de los servicios de inteligencia. pensemos un momento en lo que está ocurriendo. Si aquellos llamados a protegernos no están seguros, ¿cómo estamos los demás?".

Instaurar el Emirato

TTP reivindicó de forma inmediata el atentado contra la mezquita y dijo que era su venganza por la muerte de unos de sus altos cargos en suelo afgano el año pasado. En noviembre se rompió el diálogo que el grupo islamista mantenía con el Gobierno y dio por finalizada una tregua que había durado poco más de cinco meses. Desde entonces los ataques han sido continuos, sobre todo contra fuerzas de seguridad y a lo largo de la porosa frontera con Afganistán, pero este ha sido el golpe más sangriento hasta el momento.

El triunfo del movimiento talibán en Kabul y la vuelta del Emirato son los ejemplos a seguir para un TTP, también próximo a Al Qaeda, que aspira a seguir los pasos del vecino y conseguir implantar un régimen similar en Islamabad. Este movimiento lleva 15 años golpeando en Pakistán y, aunque las autoridades confiaron en un primer momento en que los talibanes afganos les podrían ayudar a controlarles, pasan los meses y ha ocurrido justo lo contrario. Un reciente informe del centro de estudios estratégicos Pak Institute of Peace Studies (PIPS), con sede en Islamabad, reveló "un aumento récord del 51% en el número de ataques terroristas en un solo año después de que los talibanes llegaran al poder en Afganistán en agosto de 2021".

A la amenaza del TTP se suma también la de la insurgencia en la provincia de Baluchistán y ambos grupos han formalizado sus lazos para hacer frente a las fuerzas de seguridad. Si esto fuera poco, como ocurre en suelo afgano, el Estado Islámico también tiene capacidad operativa y golpea sobre todo contra la minoría chií para imponer su agenda sectaria en el país. Los mensajes de condena llegaron desde todo el mundo, incluido el vecino Afganistán donde el ministerio de Exteriores emitió un comunicado sobre el atentado, pero en el texto no empleó la palabra "terrorismo", tal y como destacaron los medios de Pakistán.

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