Rusia se prepara para abandonar la central de Zaporiyia

El operador estatal de la energía atómica de Kiev ve señales que apuntan a una próxima marcha y afirma que el control podría otorgarse al OIEA.

Central de Zaporiyia
Central de Zaporiyia
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Nueva actividad en los alrededores de la central nuclear de Zaporiyia. El Ejército del Kremlin ha recibido equipo militar entre personal y camiones, "problablemente con armas y explosiones", y ha minado el territorio de la planta. Señales que se han repetido previamente en ubicaciones controladas por Moscú justo antes de dejarlas. "Es demasiado pronto para decir que las tropas rusas están abandonando la central, pero podemos decir que se están preparando", afirmó ayer Petro Kotin, jefe del operador estatal de energía nuclear de Ucrania, Energoatom, recoge 'Kyiv Independent'.

La situación en las instalaciones ha alertado a la comunidad internacional desde principios de marzo, cuando Moscú se hizo con su control y la usó como base durante los últimos nueves meses de guerra. Continuos bombardeos en los alrededores de la planta han avivado el miedo a una catástrofe nuclear como la que tuvo lugar en Chernóbil en 1986. Líderes mundiales pedían, no solo el cese de los enfrentamientos, sino también la salida de los soldados rusos de la central atómica. Y todo apunta a que pronto su deseo se hará realidad.

Kotin subrayó, citando medios rusos, que una vez que el Kremlin abandone las instalaciones atómicas el control de las mismas podría ser otorgado al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), entidad que el pasado día 20 detectó más de una docena de explosiones cerca de la planta.

Entretanto, los ataques continúan en varias posiciones del frente. El gobernador de Jersón, Yaroslav Yanushevich, denunció que Rusia bombardeó la región 54 veces en la última jornada, apuntando "a propósito" a la infraestructura civil (edificios residenciales, un garaje y una institución educativa, así como varias aldeas). Las "tácticas terroristas" causaron la muerte de un ciudadano y dos heridos, entre ellos un niño. Y en Donetsk, ataques del Kremlin se saldaron con siete víctimas mortales y diecinueve heridos, todos civiles. Además, en esta región, Moscú anunció la muerte de un centenar de "mercenarios extranjeros" durante la última ofensiva.

Mientras los misiles caen en unas zonas, otras se recuperan de los ataques más recientes. Como Kiev, cuyas autoridades anunciaron que el suministro de agua, gas y electricidad se restableció ayer "casi por completo" tras la última ola de bombardeos en la capital. Los trabajos de recuperación en los sistemas se encuentran ya en su etapa final y los productores de electricidad cubren casi el 80% de las necesidades de consumo a nivel nacional.

"Línea roja"

Pero la guerra no ha concluido y se teme que Moscú vuelva a arremeter contra infraestructuras críticas. En ese sentido, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, denunció que el presidente ruso, Vladímir Putin, trata de "utilizar el invierno como arma" atentando contra estos sistemas.

La crueldad aumenta así en un enfrentamiento en el que se han producido numerosas violaciones sexuales, según denunció ayer el ministro de Exteriores del Reino Unido, James Cleverly, quien afirmó que, al igual que el uso de las armas químicas, este tipo de agresiones deberían ser una "línea roja". Una situación que también se repite en otros países en guerra como Yemen e Irak. "Estos actos son abominables y no pueden quedar impunes", declaró.

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