La adaptación al cambio climático necesitará 340.000 millones anuales

Naciones Unidas pide más financiación para luchar contra el calentamiento global en los países desfavorecidos.

El secretario general de la ONU, António Guterres.
El secretario general de la ONU, António Guterres.
LISA LEUTNER

En la COP15 celebrada en Copenhague en 2009, los países desarrollados acordaron desembolsar 100.000 millones de euros anuales para ayudar a los más desfavorecidos en la lucha contra el cambio climático. “2020 se cerró con 17.000 millones por debajo”, asegura Naciones Unidas. Un montante que nunca se ha cumplido “y la brecha sigue ampliándose”, según revela el informe 'A medida que las repercusiones del cambio climático se aceleran, la adaptación debe convertirse en una prioridad mundial'.

“Necesitamos un gran aumento global en la inversión en adaptación para salvar millones de vidas de la matanza climática”, señala António Guterres, secretario general de la ONU. El organismo internacional ha recalculado la cifra necesaria para hacer frente a los efectos del calentamiento global y los 100.000 millones pactados en Dinamarca se quedan cortos. Las necesidades estimadas varían en un rango entre 160.000 millones de dólares y 340.000 millones en 2030, números que llegarían hasta los 565.000 millones en 2050.

En la actualidad, la cantidad de dinero que llega a los países en desarrollo para hacer realidad estos planes “se encuentran entre 5 y 10 veces por debajo de las necesidades estimadas”, advierte la ONU. “El apoyo hoy en día representa menos de una décima parte de esa cantidad”, añade, denuncia Guterres.

En esta séptima edición del Informe Brecha de Adaptación, Naciones Unidas recuerda la necesidad de poner freno a las emisiones de gases de efecto invernadero en el planeta, que el pasado ejercicio volvieron a marcar un récord histórico. “El mundo debe reducir urgentemente las emisiones de gases invernadero para limitar los impactos del cambio climático”, advierte la directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA), Inger Andersen.

Una alerta repetida por los líderes en los diferentes foros mundiales y que no tienen traslación a la práctica a pesar de que ocho de cada diez países cuentan “con al menos un instrumento nacional de planificación” y un tercio de los 197 países Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) tienen objetivos para lograr esa adaptación.

Sin embargo, “las inundaciones en Pakistán, la sequía en el Cuerno de África y la temperatura récord en el hemisferio norte son algunas de las serias repercusiones que están ocurriendo a tan solo 1,1 grados de incremento del calentamiento global”, advierte el PNUMA. Efectos que pueden ser mayores, “porque el calentamiento global tiende a llegar a los 2,4 o 2,6 grados y con cada décima de aumento será más dramático”, apostillan los autores del informe. “Necesitamos un gran aumento global en la inversión en adaptación para salvar millones de vidas de la matanza climática”, según señala el secretario general de Naciones Unidas.

Basta de excusas

Un cuarto de siglo después de la Cumbre de Kioto y siete años después del Acuerdo de París, las emisiones de gases de efecto invernadero no han dejado de crecer. El último boletín de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) lo expuso claramente: “Los niveles atmosféricos de los tres principales gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) alcanzaron el año pasado nuevos niveles récord”. Mientras, el PNUMA alejaba, la semana pasada, alejaba el objetivo del 1,5 grados acordado en la COP21 celebrado en la capital francesa: “La falta de avance para reducir las emisiones de gases invernadero puede causar un aumento en la temperatura de la Tierra de 2,8 grados respecto a la era preindustrial de aquí a final de siglo”.

A las puertas de una nueva cumbre del clima, la número 27, “el progreso ha sido lamentablemente inadecuado”, califica el PNUMA. Todo ello a pesar de que los países decidieron en Glasgow fortalecer sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC en inglés), que incluyen emisiones previstas por cada nación y medidas de mitigación.

“No se puede permitir que crisis como la guerra en Ucrania y la covid-19 hagan descarrilar los esfuerzos internacionales para aumentar la adaptación”, recuerda el PNUMA. Esta agencia de Naciones Unidas pide una “voluntad política sin precedentes e inversiones a largo plazo” para asegurar que las naciones más vulnerables estén preparadas, mientras se ven golpeadas por sequías e inundaciones.

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