Conmoción mundial por las 125 muertes en un partido de fútbol en Indonesia

La Policía disparó gases lacrimógenos para desalojar a los hinchas del equipo local que habían invadido el campo, lo que provocó una estampida.

Trágica estampida en un partido de fútbol en la isla de java en Indonesia.
Trágica estampida en un partido de fútbol en la isla de java en Indonesia.
Antara/Prabowo/Sadewa

A pesar de su escasa tradición futbolística, Indonesia se suma a la larga lista de tragedias deportivas como las de Heysel, Hillsborough o el Estadio Nacional de Perú. Durante la noche del sábado, al menos 125 personas murieron por una estampida en el estadio Kanjuruhan de la ciudad de Malang, al este de la isla de Java. Según informa France Presse, los incidentes estallaron al acabar el partido, cuando los hinchas del equipo local, Arema FC, invadieron el campo tras su derrota por 2-3 ante el Persebaya Surabaya, al que les enfrenta una fuerte rivalidad. Era la primera vez en dos décadas que su club perdía a domicilio con su histórico enemigo y varios miles de seguidores exaltados saltaron al terreno de juego para abroncar a su equipo.

Para desalojarlos del césped, la Policía se empleó a fondo disparando gases lacrimógenos, provocando el pánico en el estadio. Además, algunos botes de gas cayeron en las gradas, lo que llevó la multitud a huir hacia una salida en la que muchos quedaron atrapados y perecieron pisoteados o asfixiados en medio del caos. Tal y como muestran las imágenes de dicha salida, las puertas están abombadas hacia fuera por la presión de la multitud, que, presa de la desesperación, incluso abrió un boquete en una ventana para escapar.

El incidente ha ocurrido al final del encuentro entre el Arema FC y el Persebaya Surabaya que se jugaba en Malang, en el este de la isla de Java.

"Fue la sensación de decepción la que llevó a los seguidores a bajar al campo para pedirles explicaciones a los jugadores. Ahí fue cuando intervino la seguridad para impedir que llegaran hasta los futbolistas. Durante estos esfuerzos de prevención, disparamos gases lacrimógenos porque reinaba la anarquía, ya que atacaban a los agentes y destrozaban vehículos", explicó el jefe de Policía de Java Oriental, Nico Afinta, según recoge la agencia Reuters. En un primer momento, las autoridades informaron de al menos 127 fallecidos, de los que dos eran policías. Luego subieron la cifra hasta los 174 muertos y finalmente las revisaron a la baja hasta 125.

A tenor de las imágenes grabadas en el estadio, los asistentes corrieron y saltaron vallas para tratar de escapar de la nube de gases lacrimógenos que inundó el campo. Entre escenas de pánico, muchos llevaban en brazos a los heridos para ponerlos a salvo. Tanto por la derrota en el partido como por la actuación policial, la rabia también estalló fuera del recinto, donde los más violentos causaron destrozos y quemaron varios coches, entre ellos un camión de la Policía.

"La Asociación de Fútbol de Indonesia lamenta los actos de los hinchas del Arema en el estadio Kanjuruhan. Lo sentimos y pedimos disculpas a las familias de las víctimas y a todas las partes por estos incidentes. Por este motivo, la Asociación ha nombrado inmediatamente un equipo de investigación que ha salido para Malang", anunció su presidente, Mochamad Irawan.

Por su parte, el ministro de Deportes y Juventud, Zainudin Amali, también se mostró consternado por este "lamentable incidente que hiere a nuestro fútbol en un momento en el que los seguidores pueden volver a ver partidos en los estadios". Tras ordenar la suspensión de la liga durante una semana y prohibir al Arema FC que acoja más encuentros el resto de la temporada, el ministro prometió "evaluar concienzudamente la organización de los partidos y a sus participantes. ¿Volveremos a prohibir a los hinchas que vayan a los estadios? Eso es lo que vamos a discutir".

Conmocionado, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, declaró que «el mundo del fútbol se encuentra en estado de 'shock' por los trágicos incidentes que han tenido lugar en Indonesia. Este es un día oscuro para todos los implicados en el fútbol y una tragedia que está más allá de la comprensión". A la espera de la investigación, la FIFA ya ha dejado claro que "en los estadios no se deben disparar gases lacrimógenos para controlar a la multitud".

Mientras se aclaran las causas del suceso y se analiza la respuesta policial, Indonesia se une a la larga lista de tragedias en campos de fútbol, encabezada por los 320 muertos que dejaron en 1968 en el Estadio Nacional de Lima los enfrentamientos entre seguidores de Perú y Argentina en un partido clasificatorio para los Juegos Olímpicos.

En la memoria de todos los aficionados europeos están las tragedias de Hillsborough en 1989 y Heysel en 1985, que provocaron 96 y 39 fallecidos respectivamente, pero hay otros desgraciados incidentes como los que causaron al final 130 muertos en Ghana en 2001 o más de 80 en Guatemala en 1996. A pesar de su corta tradición futbolística, la violencia lleva tiempo empañando los partidos en Indonesia y ya se ha cobrado su primera tragedia. Tanto los aficionados como las autoridades esperan que sea la última.

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