Felipe VI se reencuentra con su padre en un acto público más de dos años después

El funeral de Isabel II permite ver por primera vez al Rey con don Juan Carlos desde que se trasladó a Abu Dabi

El rey Felipe VI, doña Letizia, don Juan Carlos y doña Sofía se sentaron en la segunda fila de la zona reservada para la realeza de Europa. A la derecha de la reina emérita estuvieron los reyes de Noruega, Harald V y Sonia. Delante, Margarita de Dinamarca y su hijo Federico; los reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia; y los de Países Bajos, Guillermo y Máxima, así como la anterior reina, la princesa Beatriz. Detrás, los de Bélgica, Felipe y Matilde; los grandes duques de Luxemburgo, Enrique y María Teresa, y Alberto de Mónaco y Charlenne.
El rey Felipe VI, doña Letizia, don Juan Carlos y doña Sofía se sentaron en la segunda fila de la zona reservada para la realeza de Europa. A la derecha de la reina emérita estuvieron los reyes de Noruega, Harald V y Sonia. Delante, Margarita de Dinamarca y su hijo Federico; los reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia; y los de Países Bajos, Guillermo y Máxima, así como la anterior reina, la princesa Beatriz. Detrás, los de Bélgica, Felipe y Matilde; los grandes duques de Luxemburgo, Enrique y María Teresa, y Alberto de Mónaco y Charlenne.
AFP

Dos años después, Felipe VI y el rey emérito volvieron a aparecer juntos en un acto público. El protocolo diseñado por la Casa Real británica durante el funeral de Isabel II dejó una fotografía para la historia al colocar en la abadía de Westminster al Rey, doña Letizia, don Juan Carlos y doña Sofía en el mismo banco. La última vez que se pudo ver una imagen similar -aunque no con tanto simbolismo- fue en enero de 2020 durante otro sepelio: el de la infanta Pilar, hermana del anterior jefe de Estado.

Desde entonces el escenario ha cambiado de forma radical. Siete meses después de aquella ceremonia que, se desarrolló en El Escorial, don Juan Carlos abandonaba España rumbo a Abu Dabi y las relaciones entre padre e hijo han vivido desde entonces momentos complicados.

El mejor ejemplo es que La Zarzuela confiaba en que el protocolo británico evitase una fotografía incómoda. En un principio se especuló con la posibilidad de que padre e hijo estuviesen en lugares diferentes de la abadía. Se daba por hecho que el Rey y doña Letizia ocuparían un lugar preeminente en la ceremonia, tanto por el hecho de que Felipe VI es el actual jefe del Estado como por las relaciones históricas y familiares entre las dos casas reales. De hecho, Juan Carlos I e Isabel II eran primos. No estaba tan claro dónde se colocaría al rey emérito y a doña Sofía.

A primera hora de este lunes, todos los miembros de las diferentes monarquías que habían sido invitados al sepelio se concentraron en el Royal Chelsea Hospital, desde donde fueron trasladados en autobús hasta Westminster. Fue allí donde, según diversas fuentes, La Zarzuela habría sabido que tanto los actuales Reyes como los eméritos compartirían bancada. Para evitar polémicas, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, dejó claro que la representación oficial la ejercía Felipe VI.

La representación española con Felipe VI al frente ha sido acomodada a la izquierda del altar

En segunda fila

Los cuatro estuvieron sentados en segunda fila, en la zona reservada para las principales casas reales de Europa. El Rey, junto a uno de los pasillos, y a su derecha, por este orden, doña Letizia, don Juan Carlos y doña Sofía.

A la derecha de la reina emérita estuvieron los reyes de Noruega, Harald V y Sonia. Delante, Margarita de Dinamarca y su hijo Federico; los reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia; y los de los Países Bajos, Guillermo y Máxima, así como la anterior reina, la princesa Beatriz. En la bancada de detrás se ubicaron los reyes de Bélgica, Felipe y Matilde; los grandes duques de Luxemburgo, Enrique y María Teresa; así como Alberto de Mónaco y Charlenne.

La imagen de este lunes tiene un profundo valor simbólico porque se trata de la primera vez que se ven en público desde que don Juan Carlos se instaló en Abu Dabi. Entre este lunes y enero de 2020 ha habido otro encuentro, pero tuvo carácter privado. Fue el pasado mes de mayo, cuando el emérito se desplazó hasta Sansenxo para presenciar una regata. La visita generó un profundo malestar en La Zarzuela, no por el hecho de que volviese a España, sino porque su reaparición estuvo muy alejada del carácter discreto que en un primer momento se le quiso dar. Tras pasar unos días en la localidad gallega, don Juan Carlos y Felipe VI se reunieron en privado en La Zarzuela.

También lo hicieron el domingo, cuando asistieron a la recepción oficial que se organizó en el palacio de Buckingham para más de 500 invitados. Aunque acudieron por separado, fue un encuentro "cordial", pero del que tampoco hubo imágenes.

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