Surfear las aguas de Gaza, una sensación de libertad cada vez más popular

Con tablas viejas y destartaladas, chicos palestinos salen casi cada día a surfear.

Surfear las aguas de Gaza, una sensación de libertad cada vez más popular
Surfear las aguas de Gaza, una sensación de libertad cada vez más popular
Saud Abu Ramadán

Jóvenes de la franja de Gaza, aislados del mundo por el bloqueo impuesto por Israel desde 2007, apaciguan su sensación de encierro dejándose llevar por las olas del mar con el surf, un deporte que estos últimos años ha ganado adeptos en la franja.

Con tablas viejas y destartaladas, chicos palestinos salen casi cada día a surfear. Aprovechan los largos meses de sol, las altas temperaturas y uno de los pocos espacios del enclave donde pueden entretenerse y sentirse libres, las aguas del Mediterráneo.

Ahí, muchos practican surf durante horas, desde primera hora de la mañana, cuando se acercan a la playa e inspeccionan el estado del mar.

Surfear las aguas de Gaza, una sensación de libertad cada vez más popular
Surfear las aguas de Gaza, una sensación de libertad cada vez más popular
Saud Abu Ramadán

Gana adeptos

Hace solo cinco años, esta práctica era muy poco conocida en Gaza. Desde entonces, unos pocos palestinos la empezaron a popularizar y ahora ya hay unos 40 jóvenes que la han adquirido como afición.

A algunos les gustaría profesionalizarse en el futuro, pero denuncian que debido al cerco israelí -que limita el comercio y la entrada de mercancías a la franja- no tienen acceso a todas las herramientas o materiales que les ayudarían a mejorar, empezando por las tablas.

"Surfeo desde que tengo siete años, pero con el bloqueo sobre Gaza no hay tablas, porque Israel impide que entren", explica a Efe Mohamed Abu Ghanem, joven de 24 años no encuentra un horizonte profesional al margen del surf, actividad que le ayuda a sentirse más libre.

Ghanem, que trabaja como socorrista en la playa, querría realizar algún curso fuera del enclave, pero tampoco puede por el bloqueo, que Israel comenzó a aplicar hace 15 años, tras la toma de poder en Gaza por el grupo islamista Hamás, que considera un grupo terrorista, al igual que EEUU o la Unión Europea.

El cerco sobre esta lengua de tierra -muy densamente poblada con más de dos millones de habitantes- se aplica por tierra, aire y mar: las tropas navales de Israel y Egipto rodean su perímetro marítimo y disparan si alguna embarcación cruza las líneas marcadas.

Esto restringe mucho el trabajo en oficios como la pesca, sector de peso y tradicional de la economía gazatí. Y deja con pocas opciones de desarrollo otros deportes náuticos más allá del surf, como el remo, la vela, el windsurf o el esquí acuático.

Camino a la profesionalización

Sin embargo, hay entidades que intentan potenciarlos, como la Federación Palestina de Vela y Remo, que busca acoger en Gaza a los amantes de los deportes marítimos, sobre todo a los más jóvenes, que no tienen los espacios o recursos para acceder a estas prácticas.

Según alega a Efe su máximo responsable, Khaldun Abu Salim, los deportes acuáticos en Gaza también se ven afectados por los daños de "la agresión israelí" que impactan sobre el enclave cada pocos años.

En menos de 15 años, la franja ha sufrido cuatro guerras de gran escala (2008-2009, 2012, 2014 y 2021) y una fuerte ofensiva militar este agosto, en que al menos 49 palestinos murieron en el marco de los ataques de Israel contra el grupo islamista Yihad Islámica. A ello cabe añadir la gran destroza en todo tipo de infraestructuras.

En este contexto, la Federación de Vela y Remo "adolece de falta de capacidades, no hay embarcaciones dedicadas al deporte de remo, ni clubes o centros de entrenamiento", elementos básicos para un deportista que los palestinos no tienen, lamenta Abu Salim.

Pero este palestino no se rinde, y aspira a la creación de un equipo nacional "capaz de representar a Palestina a nivel local y en el mundo árabe" en el campo de todos los deportes marítimos.

Por ahora, el Ayuntamiento de Gaza capital ha cedido un local para la federación en la costa de la ciudad y pronto se establecerá una academia de remo, la primera de Palestina.

Mientras, ante la falta de recursos, hay gazatíes como Mohamed Abu Hasira que aprendió las bases del surf por su cuenta junto a conocidos y amigos.

Lleva ya doce años surfeando, aunque nota la falta de tablas o de entrenadores especializados que le podrían ayudar tanto a él como a la gente de su generación a adquirir nuevas habilidades.

Aún así, pese a las dificultades, no pierde la esperanza y sueña con ser un día representante de Palestina en encuentros deportivos internacionales, "para demostrar que el pueblo palestino ama la vida y tener una vida normal, como otros pueblos del mundo". 

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