Las promesas de Truss en campaña subrayan sus ambiciones personales

La nueva jefa del Gobierno británico ha esbozado en las últimas semanas el enfoque libertario de su programa conservador.

Truss, a las puertas de Downing Street
Truss, a las puertas de Downing Street
Reuters

La plataforma británica de la web 'Politico' ha contabilizado 149 compromisos dictados por Liz Truss durante la larga campaña electoral entre los candidatos para sustituir como 'premier' a Boris Johnson. Aunque la nueva primera ministra dijo tras su victoria que cumplirá el programa que presentó el Partido Conservador en 2019, sus promesas en debates, entrevistas y foros de votantes subrayan sus ambiciones personales.

Este jueves presentará su plan para responder al aumento de los precios de la energía. En los casi dos meses de campaña no ofreció en ningún momento detalles de ese plan. Pero rechazó la congelación del tope oficial del precio y un impuesto especial a las eléctricas por beneficios extraordinarios, propuestos por los laboristas. Y prometió eliminar la tasa verde de la factura de la luz.

Ahora llega el anuncio y sus asistentes han filtrado que su equipo perfila los últimos detalles de una congelación de precios. El dilema sería si el déficit generado -se estima en unos 116.000 millones de euros en los próximos dos años- lo paga el Estado gradualmente por la vía de los impuestos o los consumidores directamente en sus facturas en los próximos 10 o 15 años.

Truss prometió en su campaña eliminar el plan de su rival, Rishi Sunak, para aumentar el 1,25% de los impuestos de la renta y de los beneficios de las empresas para destinarlos a la sanidad pública y la asistencia social a los mayores, y el del tipo impositivo a las empresas del 19% al 25%. En todo caso, no introducirá ningún "nuevo impuesto" y comenzará a pagar la deuda de la pandemia en tres años.

"Le juzgaré por sus hechos, no por sus palabras", dijo Truss del presidente francés, Emmanuel Macron, a preguntas de su audiencia. Cómo compagina el endeudamiento del plan para la crisis energética, los 40.000 millones que no recaudará por su renuncia al plan de Sunak, y la no subida de impuestos será la prueba 'macroniana' a la que la nueva líder británica se somete esta semana.

Formación profesional

Prometió un inmediato presupuesto extraordinario, pero no quiere que el Organismo de Responsabilidad Presupuestaria, que analiza las finanzas del Estado, emita su habitual evaluación. Ese evento puntual tendrá que envolverse en su gran visión estratégica: un plan de diez años para reformar los servicios públicos y otro, también de una década, para transformar la economía del país.

Truss quiere reducir el tamaño de la Administración Pública y el número de entes estatales. Pero quiere aumentar al 3% del PIB el gasto en Defensa y mantener el crecimiento continuo en términos reales del gasto en la sanidad y en la asistencia social. Para casar sumas y restas su reforma económica persigue un crecimiento medio del 2.5% anual. Cambiará el mandato del banco central para incluir el crecimiento entre sus objetivos.

Quiere construir pequeñas centrales nucleares y que se extraiga gas por 'fracking' allí donde lo quiere la población. Apoya el objetivo de emisiones cero netas para 2050. Exigirá al Tesoro que invierta más donde no hay inversiones privadas. Creará un 'Voxbridge' en el norte: dos centros de excelencia, como las universidades de Oxford y Cambridge (conocidas como Oxbridge), pero dedicados a la formación profesional.

Todas las regulaciones de la Unión Europea incorporadas a la legislación británica serán eliminadas antes del final de 2023 y su Reino Unido recuperará el control total de sus aguas pesqueras. Asimismo, mantendrá la tramitación de la ley que deroga partes del Protocolo irlandés pactado con la UE y el plan para extraditar inmigrantes a otros países. En la 'Britannia' de Truss no habrá ningún confinamiento ni órdenes de llevar máscaras.

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