La hora de la justicia por el ataque en Niza

Familiares de los 86 fallecidos en el atentado de 2016 asisten al juicio con la esperanza de "conocer la verdad".

Monumento en memoria de los fallecidos en el atentado FRANCE NICE ATTACK TRIAL
Monumento en memoria de los fallecidos en el atentado
SEBASTIEN NOGIER

Seis años después del atentado de Niza, llegó la hora de la justicia. Así lo esperan los damnificados por aquel bárbaro ataque ocurrido el 14 de julio de 2016, que dejó 86 fallecidos -15 de ellos niños- y más de 400 heridos en un atropello masivo con un camión en el Paseo de los Ingleses de la conocida villa turística francesa.

Familiares y víctimas confían en el que juicio, que comenzó este lunes en París y está previsto que finalice el 16 de diciembre, permita ayudar a conocer la verdad y cerrar, en la medida de lo posible, esa página tan dolorosa de sus vidas. "Hhemos tenido tiempo de sobrellevar" la tragedia, pero "conservamos la cicatriz", dice antes de iniciarse la sesión Danielle Lechailler, de 73 años.

"Las familias, las partes civiles, esperan mucho de este juicio. Espero que pueda responder a sus expectativas. Esperan poder conocer la verdad, saber lo qué pasó, en qué circunstancias murieron sus próximos, si hubo fallas y por qué no se pudo detener a tiempo al terrorista", explica Samia Maktouf, abogada de unas 40 víctimas del brutal atropello.

Sin embargo, los letrados, los familiares y las víctimas son conscientes de que muchas de las preguntas que se plantean quedarán sin resolver, ya que el autor del atentado, el tunecino Mohamed Lahouaiej-Bouhlel, no puede ser juzgado al haber fallecido.

El terrorista fue abatido por la Policía poco después de que arremetiera con su camión de 19 toneladas contra la multitud. Esa noche unas 25.000 personas habían acudido al Paseo de los Ingleses a ver los fuegos artificiales con los que tradicionalmente terminan las celebraciones de la fiesta nacional francesa del 14 de julio. La jornada festiva acabó en tragedia. Lahouaiej-Bouhlel atropelló deliberadamente con el camión a los peatones que encontró a su paso. El atentado fue reivindicado días después por el Estado Islámico, Según la acusación, Lahouaiej-Bouhlel era conocido por la Policía por agredir a su mujer. Los servicios de Inteligencia no le tenían fichado como un individuo radicalizado. Sin embargo, "estaba inmerso desde varios meses antes en un proceso ideológico de inspiración yihadista".

En el banquillo de los acusados se sientan siete hombres y una mujer. Tres de los imputados -Mohamed Ghraieb, Chokri Chafrou y Ramzi Arefa- son juzgados por asociación de malhechores con fines terroristas. El juicio deberá determinar si estaban al corriente de que Lahouaiej-Bouhlel planeaba un atentado y si le ayudaron a prepararlo.

Extracción de órganos

Otros cuatro acusados, de nacionalidad albanesa, son juzgados por delitos comunes relativos a asociación de malhechores y tráfico de armas. Uno de ellos, Brahim Tritou, es juzgado en rebeldía. Está en busca y captura. Huyó de Francia y se cree que probablemente reside desde hace tiempo en Túnez.

"Yo no espero mucho de este juicio", reconoce Thierry Vimal, cuya hija de 12 años murió en el atentado, consciente de que la ausencia del principal terrorista dificulta la tarea del tribunal. Vimal confía, sin embargo, que el proceso permita obtener respuestas por parte de las autoridades francesas sobre la extracción de órganos a algunas de las víctimas durante la autopsia judicial, sin que lo supieran sus familiares.

Dos años después de enterrar a su hija Amie, este padre de familia descubrió por casualidad que le habían extraído varios órganos para la investigación sin su consentimiento: "El cerebro, el corazón, el hígado y las cuerdas vocales", precisa Vimal, que espera poder recuperar los órganos algún día y que se les haga una prueba de ADN para estar seguro de que son los de su hija.

El juicio tiene lugar a 932 kilómetros de distancia del lugar donde ocurrió la tragedia: en la sala de macrojuicios del Tribunal de París. Esta sala fue especialmente construida para acoger hace un año el juicio de los atentados terroristas del 13 de noviembre de 2015, en los que murieron 130 personas en París y Saint-Denis. Los familiares y las víctimas, que no puedan desplazarse hasta la capital francesa, podrán seguir el juicio a distancia, desde una sala de retransmisiones en el Palacio Acropolis de Niza, después de que el Ayuntamiento de la ciudad y el Ministerio de Justicia llegaran a un acuerdo. El proceso será "duro" pero encarar a los acusados y "comprender lo que pasó, permitirá reconstruirnos", confía Seloua Mensi, que perdió a su hermana en el ataque.

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