Escuelas de patriotismo para niños rusos

Moscú ha instaurado el izado de la bandera rusa como una obligación en todas las escuelas del país.

Un niño con una bandera rusa en Crimea
Un niño con una bandera rusa 

El Kremlin ha instaurado el izado de la bandera rusa como una obligación en todas las escuelas del país, donde habrá además una clase semanal dedicada a la educación patriótica, práctica que se extenderá a los territorios controlados por Rusia en Ucrania, donde arranca el curso escolar pese a los combates.

En una reunión con alumnos en el enclave báltico de Kaliningrado, el presidente ruso, Vladímir Putin, recordó un colega del KGB que le enseñó que el principal valor en la vida es "servir a la patria" sin esperar nada a cambio.

Putin subrayó la importancia de editar libros de historia con información "fidedigna", como que Ucrania "nunca" tuvo su propio Estado hasta la creación de la Unión Soviética, y llamó a "toda la sociedad" a apoyar la actual "operación militar especial".

Izado de bandera

A las 8 de la mañana tuvo lugar por primera vez la ceremonia de izado de la bandera nacional en una escuela del centro de Moscú. Para ello, fueron convocados en el patio del colegio todos los padres y los estudiantes, que en el caso de los primeros cursos debían llevar sus mejores galas.

La ceremonia, que tendrá lugar a partir de ahora todos los lunes tras lo que la bandera será arriada los viernes, fue impuesta por el Ministerio de Educación tras el comienzo de la "operación militar especial" rusa en Ucrania para promover el patriotismo entre los niños desde temprana edad.

Los portadores elegidos, estudiantes destacados por sus logros académicos, intelectuales y deportivos, izaron la tricolor en un mástil instalado a la derecha del edificio de la escuela.

Seguidamente, un diputado moscovita se dirigió a los escolares y, como reza la tradición, una niña del primer curso hizo sonar la campana subida a hombros de un chico del último curso.

Clases de patriotismo

La polémica estalló en los chat de los padres cuando las autoridades educativas anunciaron que la semana escolar arrancará todos los lunes con una clase patriótica llamada 'Hablando de lo importante', que sus críticos consideran meras "lecciones de propaganda".

Según el guion publicado por el ministerio, durante esa media hora los tutores deben fomentar el orgullo nacional anclado en la historia, pero también estrechamente vinculado con la actual campaña militar, con textos, vídeos y canciones.

Los profesores deben presentar testimonios de combatientes, de forma que los alumnos entiendan que "los militares de Rusia son héroes" y que "los residentes en las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk son rusos y, por tanto, es importante que vuelvan con Rusia".

"Amar a la patria, servir a la patria", "La felicidad de la patria es más valiosa que la propia vida" o "Por la madre patria no da miedo morir" son algunas de las respuestas que esas clases esperan del alumno, según la metodología ministerial.

La portavoz de Exteriores, María Zajárova, y la directora del canal RT, Margarita Simonián, aleccionaron al profesorado en reuniones en las que les instaron a defender los intereses del Estado.

Llamamiento al boicot

En cada escuela habrá un consejero del director que se encargará de coordinar esa labor, figura que algunos ya comparan con el de comisario político en tiempos soviéticos.

Dos organizaciones de profesores instaron hoy a los padres de alumnos a boicotear lo que llamaron abiertamente "proyecto ideológico" del Kremlin, ya que promueve que el principal ideal para un ruso es servir a la patria, "a menudo con las armas en las manos".

Consideran que la misma definición de la operación militar y la alusión al "régimen de Kiev" y a la OTAN "no tienen nada que ver con la educación patriótica" y recuerdan que, según la legislación vigente, "cualquier propaganda en las escuelas está prohibida".

"Estamos convencidos de que el auténtico patriotismo no se puede educar en una atmósfera de odio, miedo e imposición", señala la carta, que advierte que dichas clases no pueden ser obligatorias, por lo que deberían ser la última clase del viernes.

Según la prensa, algunos profesores ya han denunciado que esas clases no promueven el patriotismo, sino el servilismo hacia los dirigentes rusos.

La anexión empieza por la escuela

Pese a los intensos combates, las autoridades rusas decidieron abrir el curso en más de 1.300 escuelas de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, pero también de los territorios ocupados en las regiones ucranianas de Járkov y las meridionales de Jersón y Zaporiyia, controladas parcialmente por las tropas rusas.

Putin ordenó al Ministerio del Interior y a la Guardia Nacional garantizar la seguridad de los centros educativos, donde se estudiará también la lengua ucraniana, aunque Moscú editará un nuevo manual.

En particular, el líder separatista de Donetsk, Denís Pushilin, y el vicepresidente de la Duma rusa, Andréi Turchak, inauguraron las clases en una escuela en la ciudad portuaria de Mariúpol reconstruida por la ciudad de San Petersburgo.

Turchak, dirigente del partido del Kremlin, adelantó que las autoridades rusas publicarán "correctos manuales de historia" con capítulos dedicados a la campaña militar.

Ucrania considera que la rusificación de las escuelas son el primer paso para la anexión de esos territorios, por lo que Kiev advirtió que los profesores que impartan clases según el programa educativo ruso serán acusados de colaborar con el ocupante con las correspondientes consecuencias penales.

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