Sánchez y Scholz certificarán su alianza por las interconexiones en la UE

Será este martes, con el pacto que se centra en unir la península ibérica con Francia a través de los Pirineos.

El canciller alemán, Olaf Scholz
El canciller alemán, Olaf Scholz
FILIP SINGER / POOL

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Olaf Scholz, certificarán este martes su alianza en favor del impulso de las interconexiones energéticas en la Unión Europea y, en particular, la que debería unir la península ibérica con Francia a través de los Pirineos.

Sánchez ha sido invitado por Scholz a reunirse con él y participar en una sesión extraordinaria de su Consejo de Ministros en la que durante dos días va a abordar la estrategia de seguridad nacional y los problemas de suministro energético derivados de la guerra en Ucrania.

El jefe del Ejecutivo asistirá a la primera jornada (lo que le impedirá presidir la habitual reunión de los martes del Consejo de Ministros) y para ello se desplazará hasta la localidad de Meseberg, a unos 70 kilómetros de Berlín y cuyo castillo ha sido el sitio elegido por el canciller alemán para reunir a su Gobierno.

Ese fue el lugar en el que en 2015 hubo un encuentro entre los entonces jefes de Gobierno de los dos países, Angela Merkel y Mariano Rajoy.

La reunión de Sánchez con Scholz y con todos los ministros alemanes llega en un momento en el que Europa está intentando impulsar alternativas para garantizarse el suministro de gas ante lo que el presidente del Gobierno califica de "chantaje energético" de Vladímir Putin tras la invasión de Ucrania.

España lleva años reclamando la interconexión gasística con Francia a través de los Pirineos (el denominado MidCat), un proyecto que en la coyuntura actual recobra protagonismo hasta el punto de que Scholz reclamó hace días que se impulsara.

Pero se trata de una iniciativa que siempre ha contado con las reticencias de Francia, que hace dos semanas reiteró su oposición a ese proyecto de gasoducto que conectaría sus redes con las españolas por Cataluña y que fue abandonado en 2019 porque se estimó que difícilmente se podría rentabilizar.

Según París, el MidCat no sólo sería muy costoso (más de 3.000 millones de euros), sino que su puesta en marcha tardaría años, no permitiría afrontar la crisis energética actual provocada por la guerra en Ucrania y es difícilmente justificable ahora que la UE pretende prescindir a medio plazo de los hidrocarburos.

Sánchez, en su reciente gira latinoamericana, aseguró que tiene la intención de persuadir al presidente francés, Emmanuel Macron, de la necesidad de esa interconexión, que recordó que forma parte de los planes de la Comisión Europea y que contaría con financiación comunitaria

Pero advirtió de que si Francia mantiene su rechazo, existe un plan B que también figura entre las alternativas de la Comisión: una interconexión energética de España con Italia.

De todo ello conversará Sánchez con los ministros alemanes y con Scholz, a quien ha agradecido que abogase pública y claramente por el gasoducto entre España y Francia que, en caso de que se convirtiera en realidad, el Gobierno español subraya que serviría también para trasvasar hidrógeno verde.

El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Hebestreit, señaló el pasado viernes que "hay un gran consenso por parte de Portugal, España y también de la parte alemana de que sería sensato crear dicha conexión".

"Los deseos de españoles, alemanes y portugueses son muy coincidentes", subrayó.

En esa línea, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, al reunirse la pasada semana en París con su homólogo francés, Franck Riester, defendió intentar soluciones "que se puedan poner en marcha en el menor tiempo posible, que sean compatibles con los requisitos medioambientales y de transición energética en los que estamos trabajando en la UE" y que permitan la solidaridad entre los Veintisiete.

Puntualizó que el MidCat es "un proyecto de largo plazo" y "perfectamente compatible" con los objetivos medioambientales y consideró que es "estratégico para España, para Alemania, para Francia, y en general para la UE".

Más allá del proyecto concreto del Midcat, el Gobierno tripartito entre socialdemócratas, verdes y liberales de Olaf Scholz ha evidenciado sus discrepancias sobre la búsqueda de soluciones a la escasez de suministros de gas ruso y el encarecimiento del sector.

Sánchez reiterará el pleno compromiso de España para ayudar a los países de la UE más expuestos a un corte de suministro del gas ruso, entre ellos Alemania, y resaltará que esa solidaridad queda patente en el plan de ahorro de energía aprobado por su Gobierno.

Pero el encuentro de Meseberg no será sólo para hablar de energía, sino que permitirá tratar otros asuntos de la agenda europea y cómo hacer frente a más dificultades derivadas de la guerra en Ucrania.

Sánchez vuelve a Alemania después de que el 18 de marzo pasado se reuniera con Scholz en Berlín dentro de la gira que realizó por varios países europeos para defender una reforma del mercado de la energía a la que ya se ha abierto la Comisión Europea y con el fin de rebajar el precio de la luz.

Una gira previa a la cumbre europea en la que los líderes de la UE acordaron la denominada "excepción ibérica" para que España y Portugal pudieran fijar un tope al precio del gas para la electricidad dada la condición de "isla energética" de la Península.

Sánchez y Scholz volverán a verse en España el próximo mes de octubre, ya que fuentes del Gobierno avanzan que está previsto que ese mes se celebre una cumbre hispano-alemana que lleva varios años sin convocarse.

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