Rusia acusa a Ucrania de usar armas químicas en Zaporiyia

Moscú derriba un dron sobre el cuartel de la flota del mar Negro, en Crimea, y achaca el ataque a las Fuerzas Armadas de Kiev.

Los servicios de emergencia ucranianos realizan un simulacro de accidente nuclear en Zaporiyia.
Los servicios de emergencia ucranianos realizan un simulacro de accidente nuclear en Zaporiyia.
AFP

El presidente ruso, Vladímir Putin, aceptó el viernes una misión «lo antes posible» del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) a la central nuclear de Zaporiyia ante el «riesgo de catástrofe» existente debido a los continuos enfrentamientos en la zona. Ayer volvió a mostrar una aparente preocupación con nuevas acusaciones a las fuerzas ucranianas de utilizar armas químicas en la región.

El Ministerio de Defensa ruso hizo hincapié en un supuesto ataque perpetrado a finales de julio en Vasilyevka, en la región de Zaporiyia, foco de intensos combates en las recientes semanas. Según la denuncia de Moscú, los médicos encontraron trazas de una neurotoxina en varios militares que fueron evacuados con heridas graves. El Kremlin, que trasladará las pruebas a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, afirmó que el régimen de Volodímir Zelenski está recurriendo al «terrorismo químico» ante sus «derrotas militares» sobre el terreno.

Moscú, por tanto, acusa a Kiev de elevar el riesgo nuclear con estos supuestos ataques. Mientras, Zelenski da prioridad a la visita del OIEA, lo que a su juicio restablecería la seguridad en la planta. «Diplomáticos ucranianos, nuestros socios, representantes de la ONU y del OIEA están trabajando en los detalles específicos de la misión que se enviará a la central», subrayó el mandatario, antes de agregar que «si continúa el chantaje ruso con la radiación, este verano puede pasar a la historia de varios países europeos como uno de los más trágicos de todos los tiempos».

Por su parte, el portavoz del Ejército ruso, Igor Konashenkov, añadió ayer que se llevará a cabo otra investigación sobre una presunta intoxicación química de un mando militar en la región de Jersón, bajo control ruso desde el pasado mes de marzo. Sin embargo, por el momento no hay constancia oficial de que las tropas ucranianas hayan recurrido al uso de armas químicas durante la invasión.

Ayer, Moscú denunció asimismo la incursión de un dron en Crimea. En concreto, se informó del derribo a primera hora de un vehículo aéreo no tripulado sobre el principal edificio de la flota del mar Negro, en Sebastopol. «El objetivo fue destruido sin víctimas o daños», afirmó Sergei Aksionov, gobernador de la península anexionada por Rusia en 2014.

El responsable administrativo de Sebastopol, Mijail Razvozhayev, advirtió que los restos del dron cayeron sobre el tejado del cuartel y culpó del ataque a Kiev. La Presidencia ucraniana, por su parte, no hizo declaraciones al respecto. No es la primera ofensiva en la península en los últimos días. Esta misma semana, un depósito de municiones explotó en la zona y un dron fue derribado sobre la ciudad de Kerch, según las autoridades rusas.

Menores en "estado grave"

Mientras, continúan los combates en el país invadido, donde un bombardeo ruso en Voznesensk, de unos 30.000 habitantes, cerca de la central nuclear Pivdennoukrainsk -la segunda más potente de Ucrania-, en la región de Mykolaiv, dejó al menos doce personas heridas, entre ellas tres menores de entre tres y diecisiete años. Dos de los niños están en «estado grave», lamentó el gobernador de la región, Vitali Kim. Andrei Yermak, el jefe de la oficina del presidente, denunció los hechos. «Nuestra tarea es garantizar que no solo la actual generación de rusos rinda cuentas, sino también sus hijos y nietos. Rusia lo pagará todo», apostó.

El Ejército de Kiev indicó también haber abatido a cuatro misiles de crucero rusos de tipo 'Kalibr' cerca de Dnipró que fueron lanzados desde el mar Negro.

Dentro de una serie de ataques aéreos ejecutados durante las últimas horas sobre Járkov, Rusia aseguró haber acabado con la vida de unos 300 combatientes de las fuerzas ucranianas, entre ellos veinte «mercenarios estadounidenses». Según informó el portavoz del Ejército ruso, Igor Konashenkov, el ataque, efectuado con «armas de alta precisión», tuvo lugar en las inmediaciones del municipio de Andreevka y se saldó con en torno a «ochenta efectivos ucranianos, integrantes de la formación ultranacionalista Kraken y otros combatientes a sueldo extranjeros».

Otros 200 soldados habrían muerto también en la localidad de Dnipropetrovsk en una ofensiva que habría destruido «casi por completo» el batallón de la brigada 110 de defensa territorial de las Fuerzas Armadas de Kiev, según Konashenkov.

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