Locura, esperanza y cierto miedo en las elecciones de Kenia

De estos comicios se sacará el quinto presidente desde que el país logró la independencia del Reino Unido en la década de los sesenta.

El ex primer ministro Raila Odinga, uno de los dos principales candidatos presidenciales, llegó rodeado de cientos de seguidores.
El ex primer ministro Raila Odinga, uno de los dos principales candidatos presidenciales, llegó rodeado de cientos de seguidores.
Monicah Mwangi

Locura, esperanza y hasta cierto miedo hubo este martes en las elecciones generales de Kenia, que deben alumbrar al quinto presidente desde que este país logró la independencia del Reino Unido en 1963

Los trabajadores de la Comisión Electoral Independiente (IEBC) marcaban con cintas los recintos que las personas no pueden traspasar, pero sus esfuerzos resultaron inútiles cuando el ex primer ministro Raila Odinga, uno de los dos principales candidatos presidenciales, llegó rodeado de cientos de seguidores en la mañana de este martes. En cuestión de minutos, se desató una auténtica locura.

Las cintas blancas terminaron en el suelo, pisoteadas, por una turba que seguía el paso del todoterreno negro en el que viajaba Odinga, de 77 años. Y, de repente, las puertas de ese vehículo se abrieron en medio del tumulto. Odinga saludó a la multitud. Toda su ropa era azul, el color de su coalición, Azimio La Umoja (Aspiración a la Unidad, en suajili). Y sus seguidores respondieron con más gritos, canciones, saltos de alegría.

"¡Baba, Baba, Baba!", gritaban, desaforados, sus admiradores, en referencia al nombre con afectuosamente llaman al líder opositor ("Baba" significa padre en suajili).

El ex primer ministro votó de esta manera en las elecciones. No pudo estar mucho tiempo en el colegio electoral, ubicado en Kibera, el asentamiento informal más poblado de Nairobi.

Ni siquiera tuvo la oportunidad de hablar con los periodistas, tal y como había previsto. El descontrol era tal que sus asesores le recomendaron cambiar sus planes. Pero, una vez se marchó, la tranquilidad regresó poco a poco a este centro de votación.

La sombra de los disturbios de elecciones pasadas

Para Jaqueline Mmbwanga, una mujer nairobita de 34 años, votar en las elecciones es demasiado importante como para que el temor de posibles disturbios la encerrase en su casa. "No tengo miedo porque votar es mi derecho. A través de estas votaciones puedo elegir a un buen líder que no haga sufrir a los ciudadanos", dijo a Efe Mmbwanga en el colegio electoral de Kibera donde votó Odinga.

Era mediodía. Las urnas todavía permanecieron abiertas durante cinco horas, pero las enormes colas de votantes que se observaron al amanecer en muchos centros electorales de Nairobi empezaban a disiparse.

Asimismo, muchas tiendas del centro de esta capital, que normalmente es un hormiguero de personas, permanecían cerradas desde este lunes.

Mientras los nairobitas repiten como un mantra que en estas elecciones no habrá problemas, como si intensasen convencerse a sí mismos, muchos reconocen que aún persisten los ingredientes que desencadenaron brotes de violencia anteriores, como los ocurridos tras los comicios de 2007, que causaron más de 1.100 muertos.

Las sombras de esos enfrentamientos siguen presentes en estas votaciones, en las que el vicepresidente, William Ruto (55 años), y Odinga, dos poderosos políticos multimillonarios, compiten por la Presidencia.

"Los simpatizantes de ambas partes tienen mucha confianza en que su candidato ganará", señaló a Efe Collins Burudi, de 28 años, que cree que este hecho puede provocar choques una vez se anuncien los resultados electorales.

El desinterés de los jóvenes

Desde su coche, Patrick Kiio, un taxista de 33 años, miraba los colegios electorales con un desinterés que ni siquiera se esforzaba en disimular. "No quiero votar. ¿Para qué...? No me interesa ningún candidato. Ya he votado en dos ocasiones. Y no ha servido para nada", aseguró a Efe el taxista.

Kenia acudió a las urnas con los deberes sin hacer. Solamente el 25% de los kenianos confía en la independencia de la IEBC, que ha ignorado muchas recomendaciones para reforzar su credibilidad, según lamentó un informe de la Comisión Nacional de Cohesión e Integración (NCIC).

Pero, aun así, no todos los jóvenes kenianos piensan como Kiio. A sus 22 años, Jeniffer Tecla Nyabaya madrugó mucho este martes para votar por primera vez. "¡Estoy contenta por votar, sí!", indicó a Efe con una sonrisa.

A Nyabaya le ha costado mucho trabajo encontrar su nombre en las listas electorales que indican en cada centro de votación dónde deben votar. Pero, por fin, lo consiguió.

"Me preocupa la corrupción, las pocas oportunidades laborales… Ni siquiera sé durante cuánto tiempo podré mantener el trabajo que tengo ahora mismo. Y no he podido continuar mis estudios porque no podía pagar las tasas universitarias", comentó esta joven, que espera que sus votos ayuden a generar un cambio en el país.

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