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Las inundaciones en EE. UU. causan al menos ocho muertos y varios desaparecidos

La Guardia Nacional y el Ejército rescatan en helicópteros a la población refugiada en los tejados por unas lluvias torrenciales que castigan Kentucky y afectan a Misuri, Virginia y Tennesse.

Flooding hits eastern Kentucky
Inundaciones en Kentucky.
PAT MCDONOGH/USA TODAY NETWORK

Al menos ocho personas han muerto en unas "devastadoras" inundaciones provocadas por las lluvias torrenciales que han azotado los territorios norteamericanos de Misuri, Kentucky, Tennesse y Virginia mientras los equipos de salvamento buscan a un número indeterminado de ciudadanos dados por desaparecidos. Las riadas afectan con especial gravedad a las estribaciones de los Apalaches, y son, «de lejos, las peores que hemos sufrido en nuestra historia», ha dicho este viernes el gobernador de Kentucky, Andy Beshear, quien considera que a medida que transcurran las horas se conocerá la auténtica magnitud de la tragedia. "Esperamos un balance de muertes de dos dígitos", declaró.

Decenas de helicópteros y lanchas pilotadas por la Guardia Nacional recorren desde el miércoles los pueblos anegados en busca de supervivientes. El drama comenzó el martes, cuando un aguacero de gran intensidad cayó sobre St. Louis, y se ha agravado en los días siguientes, cuando el diluvio ha ido 'in crescendo' en los cuatro estados, aunque con desigual afectación. Numerosos vecinos se tuvieron que refugiar en los tejados de sus casas ante la elevación del nivel de las aguas, mientras otros optaron por dejar sus barrios por carretera. "Creo que terminará siendo una de las inundaciones mortales más significativas que hemos tenido en Kentucky en al menos mucho tiempo", reiteró el gobernador. Su oficina declaró el estado de emergencia y confía en que la Administración nacional movilice en las próximas horas fondos federales para iniciar la recuperación de las áreas devastadas. Las imágenes aéreas muestran cientos de coches arrastrados por las aguas y casas prácticamente sumergidas. La furia del diluvio ha roto además carreteras y puentes. Efectivos de la Policía de Tennessee y de Virginia colaboran con las fuerzas locales en la evacuación de los afectados.

Después de varios días de calor tropical, un tren de borrascas parece ser la causa de las inundaciones. En concreto, los servicios de emergencia recibieron en un breve lapso de tiempo tres alertas desencadenas por riadas repentinas en zonas como Jackson, el suroeste de Virginia, los Apalaches y St. Louis. Este tipo de alarmas solo las activa el Departamento Meteorológico cuando considera que existe un riesgo letal inminente para la población. Se da la circunstancia de que el condado de Buchanan, también en Virginia, sufrió hace dos semanas una catástrofe similar en medio de un episodio de calor extremo, como los que ahora registra buena parte de Europa.

A muchos afectados la riada les sorprendió de madrugada y huyeron de sus casas prácticamente con lo puesto. "Ni siquiera creo que mis zapatos combinen. Solo sabía que, si no salíamos de casa, íbamos a morir", relató Leandra Johnson, de 35 años, al 'Washington Post'. Como esta madre de dos hijos, centenares de familias estadounidenses comenzaron a regresar a sus propiedades, o siguen a la espera de poder hacerlo cuando bajen las aguas, con el fin de comprobar los daños. Scott Sandlin, de la Agencia de Manejo de Emergencias del Condado de Perry, sostenía este viernes que habrá "daños masivos" y lamentaba que "nuestro condado ha sido devastado; hemos desaparecido". El Ejército ha desplegado helicópteros Blackhawk para rescatar a los atrapados. Sobre las aguas flotan electrodómesticos, muebles e incluso artículos de alimentación pertenecientes a autoservicios reventados por las corrientes.

Varias de las poblaciones más afectadas se encuentran en los valles de la región montañosa de los Apalaches. Los expertos consideran que la orografía ha influido para que las fuertes lluvias se canalizaran a través de torrenteras y arroyos hacia las zonas más bajas. Unas 25.000 personas se han quedado sin fluido eléctrico.

El desastre alimenta la percepción sobre los riesgos del cambio climático en una población, la estadounidense, que en los últimos años se ha enfrentado a catástrofes naturales extremas. En especial sequías, incendios y tornados de una magnitud y frecuencia inusuales. Sin ir más lejos, decenas de personas murieron el pasado noviembre en el mismo Estado de Kentucky debido a una sucesión inédita de huracanes en el sur y el medio oeste. En los aguaceros de esta semana han contribuido asimismo unas temperaturas y unos porcentajes de humedad muy superiores a los normales en esta epoca del año. El Gobierno estadounidense calcula que la probabilidad de que ocurran estos diluvios resulta ahora hasta un 40% más alta que a principios del siglo XX en Kentucky. Hace justo un mes, la Corte Suprema dio un varapalo a los planes del presidente Joe Biden para luchar contra el cambio climático al limitar los poderes de la Agencia de Protección Ambiental.

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