Al menos 14 muertos al bombardear Rusia un centro comercial con más de 1.000 clientes

Zelenski prevé "un número de víctimas imposible de imaginar" entre las ruinas del complejo en Kremenchuk, calcinado por misiles lanzados por la aviación.

Los ataques rusos continúan y esta vez ha sido en un centro comercial de Kremenchuk
Los ataques rusos continúan y esta vez ha sido en un centro comercial de Kremenchuk
STATE EMERGENCY SERVICE OF UKRAI

La Fiscalía de Ucrania y los forenses internacionales que investigan los crímenes de guerra cometidos durante la contienda tienen desde este lunes un nuevo caso sobre su mesa. El Gobierno de Kiev denunció un bombardeo con misiles contra un centro comercial en el que hacían sus compras más de un millar de clientes. El propio presidente, Volodímir Zelenski, vaticinó en sus redes sociales "un número de víctimas imposible de imaginar" aunque por la noche, cuando todavía el fuego seguía consumiendo las instalaciones, solo se habían podido recuperar catorce cadáveres y evacuado hacia centros sanitarios a una veintena de heridos, más de la mitad en estado crítico.

La enésima tragedia que acoge Ucrania desde que el pasado 24 de febrero Rusia violó sus fronteras tuvo lugar en una zona inicialmente apartada del frente bélico. Kremenchuk, una ciudad industrial de poco más de 200.000 habitantes ubicada junto al río Dniéper en la región de Poltava, vivía el conflicto con cierta tranquilidad hasta que hacia 15.30 horas del lunes dos misiles X-22 lanzados desde un bombardero de largo alcance Tu-22 M3 impactaron sobre las instalaciones de una gran superficie muy popular en la zona y a esas horas repleta de consumidores.

La sorpresa inicial dio pronto paso al caos a medida que las llamas se adueñaban del recinto mientras que sus ocupantes trataban de huir de forma desorganizada. Las unidades de auxilio no llegaron hasta media hora más tarde, según confirmó el jefe de la administración militar regional, Dmitry Lunin. Él fue el primero en calcular la dimensión del drama, al hablar de un número alto de víctimas.

Hora y media más tarde Zelenski utilizó sus redes sociales para realizar un balance más negativo al hablar de un escenario infernal en el complejo de tiendas Amstor, al tiempo que difundió imágenes del establecimiento envuelto por un gran incendio del que se elevaban grandes columnas de humo para escenificar el nivel de la destrucción. Acusó de inmediato a Moscú de atacar un enclave sin interés militar de ningún tipo, donde cientos de personas intentaban llevar "una vida normal" al margen del conflicto que arrasa el país desde hace más de cuatro meses.

Falta de sangre

Pasaron varias horas más, ya cuando el sol se ocultaba este lunes, hasta tener los primeros datos oficiales. Al menos catorce cadáveres habían podido ser recuperados y unas cuarenta de personas habían podido ser rescatadas con vida. Pero todas están heridas, nueve de ellas de carácter grave. Las autoridades sanitarias hicieron un llamamiento para que se donara sangre con celeridad para socorrer a los casos más urgentes.

Los siguientes comunicados fueron anunciados ya para este martes, cuando se espera que puedan ser revisados los escombros del centro comercial una vez que las llamas hayan desaparecido por completo. El trabajo de 130 trabajadores de los servicios de emergencia y de veinte vehículos llegados desde Cherkasi, Kirovohrad y la capital capital, Kiev, se preveía que diera fruto durante la madrugada, en la que se esperaba vivir una "situación difícil", según predijo Lunin en declaraciones recogidas por la televisión ucraniana Kolo. "La Policía, la Guardia Nacional y el Ejército se encargaban las labores de rescate" en un inmueble de 10.300 metros cuadrados.

En opinión de Lunin, el ataque ruso no tenía "otro objeto que aterrorizar a los ucranianos". "Es un lugar civil al que ciudadanos pacíficos vienen a comprar. ¡Está cada vez más claro que el objetivo de Rusia es el genocidio de los ucranianos!", manifestó.

Las Fuerzas Aéreas de Ucrania informaron de que el avión ruso que realizó el bombardeo partió de la base de Shaikivka, en la región de Kursk. Utilizó misiles diseñados en los tiempos de la Unión Soviética, a principios de la década de 1950. Al ser un armamento desfasado tiene un margen de error de un kilómetro. "Podría haber impactado en cualquier parte", como aclaró el estudioso militar Mijailo Samus en declaraciones a Radio Liberty.

Por ese motivo se considera que la utilización de este tipo de proyectiles "es terrorismo". "No está diseñado para impactar en un objetivo concreto. Su uso en ciudades y zonas residenciales supone un simple deseo de matar gente", reprochó.

El asesor del jefe del Ministerio del Interior ucraniano, Vadim Denisenko, por su parte, dijo haber detectado un cambio de táctica en el Ejército ruso al optar por ataques más duros contra ciudades por medio de misiles lanzados desde el aire por la aviación. "Ahora han comenzado a utilizar al mismo tiempo decenas de proyectiles, incluso hasta 20", manifestó. Su teoría se vio confirmada anoche, cuando se tuvo conocimiento de que otro bombardeo ruso había dejado 8 muertos y 21 heridos en ciudad de Lysychansk.

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