Los francotiradores se convierten en las nuevas divas de la guerra

La muerte de Kilinsky, considerado el mejor tirador de Rusia, devuelve a la actualidad a esta élite militar.

Russia's attack on Ukraine continues, in Donetsk region
Ataques rusos en Donetsk.
STRINGER

Alexander Kilinsky era considerado el mejor francotirador de Rusia hasta el pasado 24 de mayo, cuando falleció en circunstancias que a día de hoy se desconocen. Su figura ha sido ensalzada en las últimas horas en las redes sociales rusas, en las que se ha difundido una especie de funeral con el que le rindieron homenaje sus compañeros de los 'spetnatz', las fuerzas especiales del Ejército de Vladimir Putin.

La difusión que se ha dado a esta muerte y la carga épica que rodea a Kilinsky pone de relieve la figura de este tipo de tiradores de élite, unos soldados en los que la letalidad se une a la propaganda y que se han convertido en una especie de estrellas de fútbol en el mundo de la muerte. El hecho de que el cine haya elevado a la categoría de mito a este tipo de luchadores aumenta todavía más su leyenda.

En el campo ruso, además de Kilinsky, ha existido otra figura en Ucrania cargada de épica y misterio: 'Bagira'. El apodo procede de 'Bagheera', la pantera negra que aparece en el Libro de la Selva, de Rudyard Kipling y que más tarde sería llevado al cine por Disney. El auténtico nombre de 'Bagira' era Daniela Lazovic, una tiradora serbia que desde 2012 estaba ayudando a las tropas prorrusas del Dombás en su lucha contra las unidades ucranianas. Esta mujer, a la que se atribuyen 40 'bajas certificadas' de enemigos, fue capturada por las tropas ucranianas a finales de marzo después de que sus propios compañeros la abandonasen en el campo de batalla tras haber resultado herida.

'Bagira' tenía una segunda identidad falsa -Irina Starikova- con la que había sido entrevistada en algunos canales rusos como una heroína de guerra. En su pasado había sido jugadora de balonmano en Serbia, donde se dedicó al tráfico de drogas. Para mover estupefacientes por la frontera, en ocasiones se disfrazaba de monja. Después de que fuese investigada por las autoridades serbias por su relación con el narcotráfico su unió a los nacionalistas prorrusos de Donetsk, donde forjó su leyenda como tiradora de élite.

'Bagira' no es la única francotiradora implicada en la guerra. En el lado ucraniano, una de las estrellas es la militar Olen Bilozerska, una soldado de 42 años que se atribuye diez bajas confirmadas de enemigos. Esta periodista y bloguera, reconvertida en militar, ha operado en la zona del Donetsk y ha difundido también macabras imágenes de sus acciones para reforzar su mito. Bilozerska realizó a comienzos de mayo unas provocadoras declaraciones en las que comparaba la muerte de soldados rusos "con ir de safari".

Otra de las francotiradoras famosas en el campo ucraniano es 'Charcoal' (Carboncillo, en inglés), una joven de la que tan solo se conoce el apodo y que ha aparecido en las redes sociales con su uniforme militar y un rifle al hombro. Su cara siempre está cubierta con pañuelos de camuflaje y tan solo deja ver una larga melena negra, de la que quizás procede su alias.

Fascistas y orcos

Según la biografía que le atribuyen los medios ucranianos, se unió a la Armada en 2017 para impresionar a su hermano y poco tiempo después estaba luchando en el Donbás contra los separatistas. Hace un año abandonó los cuarteles para reintegrarse a la vida civil pero la invasión hizo que volviese a esgrimir su fusil. Al igual que Bilozerska, sus escasas declaraciones son duras y cargadas de odio. "'Los rusos no son personas. Ni siquiera los fascistas eran tan malvados como estos orcos", afirmó.

Kilinsky, el militar ruso fallecido, también empleaba su leyenda para lanzar mensajes que alentasen a la población rusa a a apoyar la ocupación de Ucrania. En sus declaraciones, este tirador recordaba que sus abuelos habían luchado en la Segunda Guerra Mundial contra los nazis y señalaba: "ellos no acabaron con esta escoria nazi, pero nosotros sí lo haremos". Su mensaje, en este sentido, estaba en consonancia con la retórica de Putin, que justifica la invasión de Ucrania como una operación especial contra la nazificación del país.

Pero el gran héroe de los francotiradores en esta guerra es 'Wali', un soldado canadiense cuyo nombre se desconoce pese a que su rostro sí ha aparecido en diversos medios. Este militar forma parte del contingente canadiense en Afganistán y a partir de 2015 -ya como civil- se unió a las tropas kurdas que luchaban contra el Estado Islámico en Iraq. Su incorporación a las tropas ucranianas tras la invasión rusa fue publicitada como si se tratase de la llegada de un salvador. Hasta los rusos llegaron a anunciar su muerte, por considerarlo un gran trofeo propagandístico, pero días después 'Wali' apareció para desmentir a Moscú.

Pese a la mitología que rodea a los tiradores de élite, su trabajo ya no es algo tan artesanal como puede verse en las películas sino que depende cada día más de la tecnología. En Ucrania, ambos bandos utilizan cámaras termográficas para buscar el enemigo y controlar sus movimientos hasta asegurarse un disparo seguro. Según distintas informaciones, un kilómetro de separación entre el rifle y el blanco es la distancia que se considera segura para abrir fuego.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión