Los británicos se van de fiesta con Isabel II

Desfiles, misas, conciertos o almuerzo vecinales en cuatro días de celebración de los 70 años de reinado. 

Isabel II en el metro de Londres
Isabel II en el metro de Londres
Agencias

Los habitantes del Reino Unido celebrarán durante cuatro días el Jubileo de Platino de la reina Isabel II. Ella misma se sumará a diversos actos a pesar de los problemas de movilidad que padece a sus 96 años. Los fastos, que siguiendo la tradición serán deslucidos por la lluvia el sábado y el domingo, congregarán a millones de británicos en torno a la popular monarca.

Otra tradición británica es confundir a los foráneos. Las siete décadas de reinado en realidad se cumplieron en febrero. El primer evento, este jueves, es 'Trooping the Colour', celebración del cumpleaños de la reina en junio, aunque nació en abril. Más de mil soldados, 240 caballos y bandas militares desfilan desde su cuartel general, junto al palacio real, a 'Horse Guards Parade', explanada del Londres institucional.

En el pasado, la monarca capitaneaba el desfile a caballo. En los últimos años, en carruaje. En su reciente visita al Festival de Flores de Chelsea, se movió por el recinto a bordo de un coche eléctrico, parecido a los 'buggies' que se ven en los campos de golf. Se espera que aparezca en el balcón del Palacio de Buckingham para saludar el final del desfile y más tarde para ver el despliegue de la Real Fuerza Aérea.

La reina ha pasado cinco días en el castillo de Balmoral, en Escocia, antes de regresar a Windsor, este martes. Acudirá el viernes a la misa de Acción de Gracias en la catedral de San Pablo, pero la prueba de sus dificultades es que, por tercera vez en su vida, no acudirá al Derby de Epsom, una de las grandes carreras del calendario hípico, la única que no ha ganado la cuadra de la reina.

También verá en televisión el espectáculo diseñado para festejar el reinado, el sábado, en tres escenarios con música, baile y breves loas de personalidades de la cultura, el entretenimiento o el deporte. La audiencia, de 22.000, incluye a 10.000 que lograron su entrada por sorteo entre el público y 7.500 empleados en servicios esenciales y en las fuerzas armadas; también voluntarios de organizaciones benéficas.

Las celebraciones terminan el domingo con un gran desfile por las calles circundantes al Palacio. La empresa contratada cuenta con grupos diversos para diseñar montajes que conmemoran su reinado y sucesos destacados de sus siete décadas: empezando quizás por la ascensión al Everest y terminando con el impacto de movimientos como el feminista 'Me Too' y el antirracista 'Black Lives Matter'.

Bálsamo

Calles comerciales, viviendas privadas y edificios públicos están adornadas con banderas y en decenas de miles de calles vecinales se han organizado, el domingo, almuerzos y pequeñas fiestas para fomentar los lazos de comunidad. La fiesta en torno a la admirada reina ofrece a los británicos -un 25% de ellos republicanos, según un reciente sondeo- una oportunidad quizás necesaria de gratificación.

Como en otros países, la pandemia deja en su estela una suma de trastornos inesperados y quizás también la extensión de un estado de ánimo más quejoso y agresivo. Quienes habían decidido aprovechar las vacaciones escolares y el Jubileo para pasar unas vacaciones al sol están encontrándose, por ejemplo, con colas, cancelaciones y amargura en aeropuertos, estaciones o puertos.

La renovación de pasaportes o de permisos de conducir, la policía y los juzgados, parecen desbordados. Comercios, restaurantes y factorías no encuentran empleados. En recientes partidos de fútbol, hinchas han saltado al césped tras la victoria de los suyos y han pegado a jugadores rivales. Hay un malestar con respecto a un Gobierno desordenado y de conducta turbia. Los precios se han disparado.

El Jubileo de una reina tan popular sería un bálsamo. "Es un lujo que los británicos podamos celebrar 70 años de reinado de Su Majestad, por la que siento una enorme admiración y respeto", afirma el embajador británico en España, Hugh Elliott. "Isabel II es un modelo a seguir, un ejemplo de entrega personal al servicio público y el auténtico símbolo del Reino Unido. En mi opinión, es la mejor diplomática del mundo".

Las grietas serán por supuesto inspeccionadas una vez más. ¿A qué actos acudirán Enrique y Meghan? ¿Protegerá públicamente la reina a su hijo Andrés, como hizo en el funeral de su marido Felipe? Conchita de Pablo, vallisoletana de 97 años, que llegó a Londres en 1956 para trabajar y aprender inglés, tiene una perspectiva más corrosiva del Jubileo que el morbo por esos pleitos.

Había visto imágenes de la coronación de Isabel en Barcelona, donde vivía antes de emigrar. Trabajó casi siete décadas en el servicio doméstico, con amas horrorosas o congeniando con mujeres aristocráticas como ama de llaves. Mira con aprecio su larga vida en Inglaterra, aunque no le gusta la de ahora. Y se compadece de esa "pobre mujer", la reina. No se cambiaría por ella, dice, porque no es una persona libre.

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