comunicación

Reporteros Sin Fronteras (RSF) advierte contra la polarización y las 'fake news'

Los estados nórdicos siguen siendo un modelo para la libertad de expresión y países como Rusia, Corea o China empeoran sus prácticas periodísticas.

El alcalde de Kiev, Vitaliy Klitschko, habla con un periodista ante un edificio bombardeado, este lunes.
El alcalde de Kiev, Vitaliy Klitschko, habla con un periodista ante un edificio bombardeado.
SERGEY DOLZHENKO

La vigésima edición de la clasificación mundial de la libertad de prensa realizada por Reporteros Sin Fronteras (RSF) revela una doble polarización, amplificada por el caos informativo. La oenegé, que completa este tipo de estudios desde 1995, advierte de la polarización mediática, que crea fracturas dentro de los países, y otra polarización de los estados, a escala internacional, como queda en evidencia desde la invasión rusa de Ucrania.

La clasificación mundial de la libertad de prensa, que evalúa las condiciones en las que se ejerce el periodismo en 180 países y territorios del mundo, pone de manifiesto en su edición de 2022 los efectos desastrosos del caos informativo, “creado por un espacio digital globalizado y sin regular, que favorece las informaciones falsas (fake news) y la propaganda”, se lee en el estudio.

En las sociedades democráticas, “el desarrollo de medios de opinión al estilo de Fox News” y la generalización de los circuitos de la desinformación, impulsada por las redes sociales, “están provocando un aumento de las fracturas sociales”. En el plano internacional, la asimetría que existe entre las sociedades abiertas y los regímenes despóticos que controlan a sus medios debilita a las democracias.

La invasión de Ucrania (106º) por Rusia (155º), a finales de febrero de 2022, es el paradigma de este fenómeno, dado que se preparó “mediante una guerra de propaganda”, afirman desde RSF, que también denuncia cómo, entre los regímenes autocráticos más represivos, China (175º) ha utilizado su arsenal legislativo para confinar a su población como consecuencia de la covid y aislarla del resto del mundo. “La lógica del enfrentamiento por bloques se refuerza, como sucede entre la India (150º) del nacionalista Narendra Modi y Pakistán (157º). En Oriente Medio, una libertad de prensa insuficiente sigue afectando al conflicto entre Israel (86º), Palestina (170º) y los países árabes”, se lee en el informe.

En los regímenes democráticos, la polarización mediática refuerza y alimenta las fracturas internas de las sociedades, como sucede en Estados Unidos (42º), a pesar de la elección de Joe Biden. El auge de las tensiones sociales y políticas se ve avivado por las redes sociales y por nuevos medios de opinión, en países como Francia (26º).

El trío en cabeza de los países nórdicos -Noruega, Dinamarca y Suecia- sigue siendo un modelo en el que la libertad de expresión se realiza en todo su esplendor, y este año, gracias a sendos cambios de gobierno, Moldavia (40º) y Bulgaria (91º) destacan por la esperanza de tiempos mejores para la situación de los periodistas, aunque los medios sigan mayoritariamente en manos de los oligarcas. Un número récord de países aparecen “en situación muy grave”. Doce países en total conforman la lista roja de la clasificación, entre los que figuran Bielorrusia (153º) y Rusia (155º). Entre los países más represivos para la prensa, Birmania (176º) -donde el golpe de Estado de febrero de 2021 ha hecho retroceder brutalmente diez años la situación de los periodistas- se codea con Corea del Norte (180º), Eritrea (179º), Irán (178º), Turkmenistán (177º) y China (175º).

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