Preocupación en la comunidad científica: la Antártida Oriental se resquebraja

La capa de hielo es cinco veces superior a la parte occidental y si se derritiera, los mares de todo el mundo aumentarían 50 metros.

Deshielo en un glaciar
Deshielo en un glaciar.
Agencias

Las olas de calor no son solo para el verano ni para el desierto. La semana pasada, el mercurio de los termómetros certificó una tendencia cada vez más frecuente en el planeta: las temperaturas son cada vez más altas.

El pasado viernes 18 de marzo, varias estaciones de la Antártida se midieron temperaturas 40ºC superiores a las habituales mientras que en el Ártico la anomalía térmica fue de 30ºC por encima de la media.

Estas anomalías, especialmente en el Ártico, han sido continuas en los últimos años. Sin embargo, el aumento de la temperatura en la Antártida no era algo tan normal. Los expertos, de momento, desligan estos episodios con el cambio climático.

Pero, estas olas de calor no solo han dejado su marca en los registros históricos de temperatura también se nota en la superficie polar. El continente helado se resquebraja.

La Oficina Australiana de Meteorología ha certificado que, por primera vez en la historia, un bloque de hielo en la Antártida oriental se separa del bloque continental. Con 1.200 kilómetros cuadrados de extensión, diez veces la ciudad de Bilbao y Sevilla. Una desunión 'cocida' a fuego lento, las primeras grietas se observaron a mitad de la década de los 2000. Desde entonces, la superficie helada comenzó a menguar paulatinamente hasta que este mes de marzo, Conger se separó definitivamente del Polo Sur para navegar a la deriva.

Lento deshielo

El continente antártico es la región más austral de la Tierra y cuenta con 14,2 millones de kilómetros cuadrados. Una gigantesca plataforma dividida en tres partes: Península antártica, Antártida occidental, bañada por el Océano Pacífico y por el Mar de Amundsen,y la occidental, orientada al Océano Índico.

Precisamente, esta última, la más cercana a Australia, comenzó a reducirse desde los años 70. Este deshielo se aceleró en 2020 "donde llegó hasta perder aproximadamente la mitad cada mes más o menos", señalan científicos australianos.

El resquebrajamiento de este bloque de hielo no es de los mayores sufridos en el continente antártico. A principios de los 2000 se desplomó la plataforma Larsen B, de unos 3.250 kilómetros cuadrados. "El problema no es el tamaño del nuevo desprendimiento, sino el lugar donde ocurrió", destacan científicos de la Universidad de Minnesota. Hasta la fecha, los últimos desprendimientos o grietas surgidas en la superficie polar se producían al oeste de los montes transantárticos en la parte más occidental de la plataforma. "La Antártida Oriental está comenzando a cambiar y está perdiendo masa", revelan los investigadores del Centro Polar Scripps de la Universidad de California en Estados Unidos.

Las plataformas de hielo, láminas de hielo flotantes permanentes adheridas a la tierra, tardan miles de años en formarse y actúan como diques que retienen la nieve y el hielo. Su derretimiento influye de forma directa y preocupante en la subida del nivel del mar.

En el siglo XX, la Antártida oriental apenas se calentó, pero entre 2002 y 2020 el continente helado ha perdido una media de 149.000 millones de toneladas de hielo al año, según datos de la NASA.

El derretimiento de esta zona preocupa de especial manera a los científicos, ya que la capa de hielo es cinco veces superior a la parte occidental de la Antártida y si la oriental se derritiera, los mares de todo el mundo aumentarían 50 metros. "Aunque es un proceso que se da durante milenios", señalan los expertos.

"Río atmosférico"

"Improbable" e "impensable". Estas son algunas de las palabras que llegaron a la mente de los científicos del Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve en Boulder, Colorado al ver las temperaturas registradas recientemente por sus herramientas de medición. Seguramente se frotaron los ojos al ver los resultados o tuvieron que comprobarlos una segunda vez. La semana pasada, lo que se llama un río atmosférico arrojó una gran cantidad de aire cálido, e incluso lluvia en lugar de nieve, en partes de la Antártida oriental, alcanzando temperaturas muy por encima de lo normal.

Unas variaciones que, incluso, han llegado a rozar la temperatura de fusión del hielo. Las temperaturas alcanzaron -12,2ºC el viernes 18 de marzo, 40ºC por encima de lo normal, en la estación Concordia. Ese mismo día, las temperaturas alcanzaron los 0ºC en la estación Vostok superando su récord histórico en 65 años de mediciones.

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