Francia restituye a sus dueños un cuadro de Klimt expoliado por los nazis

Su propietaria era Nora Stiasny, coleccionista y sobrina de una figura eminente de la burguesía judía austrohúngara, Viktor Zuckerkandl, que fue deportada y asesinada en un campo de concentración junto a su madre en 1942. El estado francés ha devuelto ahora el cuadro a sus herederos.

'Rosal bajo los árboles' de Gustav Klimt
'Rosal bajo los árboles' de Gustav Klimt
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El Estado francés restituyó este miércoles el cuadro de Gustav Klimt 'Rosal bajo los árboles' a los descendientes de una coleccionista judía de arte a quien le fue expoliado.

La devolución, anunciada por el Ministerio francés de Cultura, se produjo en cumplimiento de una ley de febrero de este año sobre la restitución de bienes culturales a los herederos de propietarios que fueron víctimas de persecución antisemita. Esa normativa ya ha beneficiado a otras catorce obras.

El lienzo del artista austríaco (1862-1918) fue comprado por Francia en los años ochenta y en aquella época nada permitía establecer la procedencia de la pintura, que en los últimos años se ha demostrado que fue una obra expoliada.

Su propietaria era Nora Stiasny, coleccionista y sobrina de una figura eminente de la burguesía judía austrohúngara, Viktor Zuckerkandl, que fue deportada y asesinada en un campo de concentración junto a su madre en 1942.

Las leyes nazis la habían forzado a vender el cuadro, que había heredado de su tío, a un precio irrisorio.

En marzo de 2021, cuando el Estado francés anunció la futura restitución, el Ministerio de Cultura precisó que era la única pintura de Klimt que se encontraba en manos de Francia, lo que subrayaba el simbolismo de este paso.

"Sacar este cuadro de las colecciones nacionales es una decisión difícil, pero es un honor en cumplimiento de nuestra memoria ante la historia, que responde a nuestro compromiso hacia las víctimas de la barbarie nazi", dijo entonces la titular francesa de Cultura, Roselyne Bachelot.

Los expertos aseguran que durante los primeros años de la ocupación hubo un salto inédito en las ventas de obras de arte, que tenían lugar en los sótanos de las casas de subastas e incluso en ventas judiciales de objetos requisados a la comunidad judía.

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