Rusia asegura haber abatido a Wali, el mejor francotirador del mundo, pero Ucrania lo niega

Wali, tiene 40 años, es canadiense y es un veterano de guerra con experiencia en Afganistán e Iraq. Es considerado el mejor francotirador del mundo. Esta semana dejó a su hijo de un año, recién cumplido, y su cómoda vida en su país para unirse a la Legión Extranjera de Ucrania y luchar contra los rusos. Su incorporación se hizo viral en todo el mundo. No obstante, medios de comunicación rusos informaron este martes vía Twitter de que las tropas invasoras le habrían abatido.

'Russia Informa', medio prorruso, comunicó en esta red social sobre la muerte del “francotirador más letal del mundo” tan solo veinte minutos después de su incorporación a las tropas ucranianas en Mariúpol. En el mismo tuit presentan a Wali como un hombre racista, ya que aseguran que el canadiense dijo en una ocasión que “le gustaba disparar a militantes islámicos”. También aseveran que el francotirador es "mentalmente inestable".

A pesar de las descalificaciones de los medios rusos a este soldado, los diarios occidentales tenían una visión muy diferente de la labor de Wali en Ucrania. Horas antes, la de Twitter ‘Ukraine News UK’ calificaba al veterano de guerra, a través de su perfil, de “héroe”, por haber abatido a once soldados rusos desde su llegada al país europeo.

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Las informaciones sobre la situación Wali son a día de hoy contradictorias. Mientras que el ejército ruso busca apuntarse el tanto de su muerte, el canadiense se ha mantenido en contacto con ‘Daily Mail’ vía telefónica desde que partió de Quebec y este medio no se ha hecho eco de su fallecimiento. En la última entrevista concedida al medio inglés publicada este lunes el veterano de guerra se encontraba en Kiev, y no en Mariúpol donde se supone que las fuerzas especiales rusas le habrían dado caza.

Aunque por el momento no hay confirmación oficial sobre su estado, en lo que parece que sí que hay unanimidad es en los logros militares acometidos por Wali en el pasado: cuarenta muertes en un mismo día y abatir a una distancia de más de tres mil metros, siendo la muerte más lejana acometida por un soldados canadiense.