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Rusia y Ucrania avanzan en un plan de neutralidad para buscar la paz

Moscú y Kiev esbozan un acuerdo "más realista" que plantea una Ucrania ajena a la OTAN y sin bases extranjeras.

Polish, Slovenian, Czech Prime Ministers visit Kyiv
Zelenski en la reunión que mantuvo este martes con los primeros ministros de Polonia, República Checa y Eslovenia
PRESIDENTIAL PRESS SERVICE HANDO

En la tercera semana de invasión; en el día 21 de la embestida rusa sobre Ucrania, el mundo pareció acariciar una suerte de avance "serio" en las negociaciones que Moscú y Kiev mantienen para intentar alcanzar un alto el fuego. Aunque eso no frenó los ataques. La endiablada inercia se mantuvo con destrucción, misiles y al menos 10 civiles muertos en una cola del pan en Chernígov o el bombardeo a un teatro que servía de refugio en Mariupol.

Contradictorio. Pero la negociación no quebró. La dialéctica marcaba su camino por la mañana. Sobre todo la rusa, con un Sergei Lavrov, ministro de Exteriores, que elevaba a rango de titular global textuales como "el acuerdo está cerca" o "se está discutiendo seriamente".

Algo a lo que añadía que el pretendido cara a cara entre Volodímir Zelenski y Vladímir Putin era posible, aunque solo "para llegar a algún acuerdo".

No siendo nuevo el mensaje, entre líneas sí quedaba que, a regañadientes, Moscú parecía resignarse a considerar a Zelenski como interlocutor legítimado para que el conflicto escriba un final pactado. Declaración que realizó en una comparecencia junto a su homólogo turco Mevlut Cavusoglu, de visita en Moscú. Cavusoglu metió baza y subrayó que su país "está preparado para acoger esa cumbre".

La sensación generalizada es que, sobre la evolución de las negociaciones, el mensaje oficial del Kremlin sintonizaba más que en ocasiones anteriores. El propio Zelenski planteaba, de hecho, que estaban siendo "más realistas". Aunque "difíciles". ¿Una de las claves? El paso que dio él mismo la víspera, el martes, con ese discurso a la nación en el que renunció de forma inequívoca a que su país se integre en la Alianza Atlántica. Lo había venido reivindicando como un derecho soberano. Pero "nos queda claro que no podemos entrar en la OTAN", sentenciaba resignado.

Ha recibido la visita de los primeros ministros de Polonia, República Checa y Eslovenia

   Como en toda negociación el diablo está en los detalles, este miércoles no se advertía una resolución inminente. Aunque sí una primera pista de aterrizaje. Moscú trasladaba que para diluir sus inquietudes de seguridad sobre Ucrania (uno de los pilares en los que el Kremlin sustenta el relato del porqué de su invasión), el país invadido tenía que comprometerse a ser "neutral". El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, concretaba más y apuntaba a países que pudieran servir de 'ejemplo' como Austria o Suecia. La renuncia total a la OTAN (ya asumida) junto con el compromiso de no albergar en su territorio bases o armamento extranjero debían ser consustanciales a ese "estatus de neutralidad".

El diario 'Financial Times' divulgaba por la tarde una especie de borrador, confirmado por tres fuentes implicadas en la negociación, en el que se hacía referencia a "quince puntos" entre los que figuraban los requisitos citados. "Cualquier acuerdo tiene que pasar porque las tropas rusas abandonen Ucrania", insistía Mijailo Pololiak. El asesor presidencial que encabezaba la delegación de Zelenski en la mesa defendía que "Ucrania se encuentra en una guerra directa con Rusia. Por tanto, el modelo solo puede ser ucraniano, no austriaco o sueco. Debe contar además con una base de garantías sólidas en materia de seguridad", añadía.

Es decir, explicó que "esto significa que los firmantes de esas garantías no pueden quedarse al margen en caso de ataque contra Ucrania como ocurre hoy y que participarían activamente en el conflicto del lado ucraniano, suministrando inmediatamente las armas necesarias".

Demandas territoriales

Los puntos más espinosos continúan siendo, en todo caso, los que se vinculan con las demandas territoriales de Moscú: anexionarse Crimea y el reconocimiento de la independencia de las dos regiones separatistas del Dombás. Y que, en realidad se perciben como el nudo gordiano de la negociación.

Sobre todo si Putin y su entorno pudieran llegar a conformarse con sellar ese 'logro'. Los analistas daban por seguro que su objetivo original el pasado 24 de febrero, cuando lanzó sus tropas sobre Ucrania era precisamente ese, fagocitar enclaves estratégicos en el sureste y este del país. Que se conformase con eso es una incógnita. La llave la tiene él. Y de momento no la gira.

Este miércoles aprovechó un encuentro telemático con su Gobierno sobre políticas sociales para reafirmarse en su "justificada" decisión de haber lanzado una sangrienta y destructiva invasión contra Ucrania. Insistió en que el desarrollo de la guerra es un "éxito", mantuvo su discurso incendiario contra Kiev y dejó claro que la actual campaña en Ucrania continuará adelante, al margen de lo que puedan acordar las delegaciones que tratan de negociar un cese de las hostilidades. "No teníamos otra opción para garantizar la seguridad de Rusia, salvo la realización de una operación militar especial".

En este punto no dudó en subrayar que "todas las tareas designadas, por supuesto, se llevarán a cabo". Y ahondó en ese relato sobre las garantías de seguridad «Nunca permitiremos que Ucrania sirva como base para acciones agresivas contra nuestro país. El pueblo de Rusia sabe diferenciar los patriotas de los traidores», apostillaba.

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