Kiev llama a los ucranianos a tomar las armas

En una intensa jornada, el Gobierno declara el estado de emergencia, moviliza a los reservistas y faculta a los civiles a disponer de armamento.

Un soldado ucraniano preparado para un posible conflicto armado UKRAINE RUSSIA CRISIS
Un soldado ucraniano preparado para un posible conflicto armado UKRAINE RUSSIA CRISIS
ZURAB KURTSIKIDZE

Kiev pasó este miércoles de las palabras a los hechos. Después de dedicarse el martes a recabar el apoyo internacional frente a la "agresión" rusa y multiplicar los contactos con los países aliados -y con el propio Kremlin en busca de una imposible reunión que facilitase la negociación diplomática-, el Gobierno presidido por Volodímir Zelenski tomó tres decisiones de enorme calado prebélico: declaró el estado de emergencia -un instrumento por el que restringe los movimientos cerca de la frontera y aumenta el control sobre los extranjeros, el uso de drones o la toma de fotografías de elementos e instalaciones de seguridad-, movilizó a miles de reservistas de 16 a 60 años para aumentar la "capacidad operativa" del Ejército y finalmente consiguió de sus diputados la aprobación en tiempo récord de un proyecto de ley destinado a "liberalizar la circulación" de armas entre los civiles.

Ucrania concita hoy día un respaldo occidental pleno, pero está huérfana. En estos meses de conflicto, no ha conseguido la más mínima garantía de que se allane el camino a sus solicitudes para zafarse del acoso ruso: la adhesión a la Unión Europea o la OTAN. Solo Polonia y Lituania manifestaron este miércoles que "merece" ser candidata a la UE, sin otras repercusiones. Zelenski recordó esta soledad y declaró que "si se permanece en silencio ahora, se desaparecerá mañana". Y, por ello, ha tomado las riendas de su autodefensa.

Ucrania vive una vigilia permanente con la atención centrada en la frontera del Donbass, donde Rusia ha reunido unos 150.000 militares y enviado grupos de blindados ante la misma divisoria, según afirman algunos testigos. Entre ellos habría tanques equipados con tecnología muy sofisticada, lanzamisiles y morteros, que hasta anoche al menos aguardaban estacionados a unos treinta kilómetros de la línea, a la espera de órdenes del Kremlin.

Sobre el papel, todas estas tropas formarían parte del contingente "en misión de paz" que el presidente ruso prometió el lunes enviar a Donetsk y Lugansk en caso de necesidad tras concederles el estatus de Estados independientes dentro del territorio ucraniano. Moscú ha reiterado que limita su eventual incursión a estas provincias prorrusas, pero el miedo late con tal fuerza en Kiev -donde cada hora suena el himno nacional en la plaza Maidán-, que este miércoles los nervios se encresparon cuando la Administración, el Parlamento y los bancos sufrieron un ciberataque que destruyó sus webs. Las autoridades están convencidas desde hace tiempo de que Rusia iniciará la guerra con un acto de pirateo informático previo de las redes operativas del país.

Patriotismo económico

En todo caso, la aplicación del estado de emergencia nacional no tendrá efecto en los dos enclaves separatistas. Mayor atención merece el proyecto de ley aprobado por el Parlamento de manera provisional para autorizar la tenencia de armas entre los civiles, una medida que representa de manera indirecta una llamada a la población ucraniana para armarse ante la eventualidad de una guerra. El borrador contó este miércoles con el voto de 274 de los 352 diputados y debe ser ratificado en los próximos días u horas. Al tiempo que "liberaliza la circulación de armas", el decreto "aumenta la responsabilidad" de los ciudadanos en caso de un "uso ilegal" de las armas, ya que su fin es la "autodefensa".

La maratoniana jornada en busca de un fortalecimiento militar interno responde a lo que el presidente ucraniano consideró vital "para mantener la estabilidad económica y las capacidades de defensa del Estado. Unidad, velocidad y decisiones importantes". Zelenski reclamó a "todos los políticos y todos los partidos" a crear una gran coalición parlamentaria bajo "un mismo color". Asimismo, anunció un programa de "patriotismo económico" enfocado a apoyar a las empresas, reforzar el sector energético y evitar la fuga de activos. "Deben quedarse en Ucrania", sentenció antes de reunirse con las cincuenta principales industrias del país. "Un patriota -continuó- es el que lucha contra el enemigo por su tierra y aquel que invierte dinero y crea puestos de trabajo".

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