Putin se abre a estudiar el reconocimiento reclamado por los rebeldes de Donetsk y Lugansk

Lavrov anuncia que se reunirá con su homólogo estadounidense este jueves en Ginebra 

Sergei Lavrov, ministro de exteriores ruso, en rueda de prensa este lunes
Sergei Lavrov, ministro de exteriores ruso, en rueda de prensa este lunes
Ministerio de Exteriores Rusia

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha deslizado la posibilidad de reconocer la soberanía de las administraciones rebeldes en el este de Ucrania, una iniciativa frente a la que ya ha sido advertido por parte de los gobiernos occidentales y que este mismo lunes han vuelto a reclamar los separatistas del Donbás.

Putin niega cualquier responsabilidad en la actual escalada del conflicto, hasta el punto de que este lunes, durante una reunión del Consejo de Seguridad Nacional, ha reivindicado que su Gobierno ha hecho "todo lo posible" para resolver los problemas por medios pacíficos.

Por contra, ha cuestionado las políticas de Occidente, al tiempo que ha seguido reclamando garantías de seguridad para descartar potenciales amenazas sobre territorio ruso. Moscú no ha recibido por el momento una respuesta satisfactoria a las garantías que reclama y no descarta nuevos enfoques.

En este sentido, el presidente ha señalado que los "problemas" para "garantizar la seguridad", especialmente en Europa, se relacionan también con la supuesta soberanía de las regiones rebeldes del este de Ucrania. 

Putin ha asegurado ante el Consejo de Seguridad que escuchará sus opiniones sobre el reconocimiento de la independencia de ambas regiones, abriendo la puerta por tanto a un nuevo escenario.

De hecho, ha avanzado que tomará este mismo lunes una decisión al respecto, en vista de que considera estancadas las negociaciones políticas para pacificar el Donbás.

Los rebeldes de las administraciones autoproclamadas en Donetsk y Lugansk han pedido abiertamente este lunes a Putin que dé el paso y reconozca la independencia de ambos territorios, tal como planteó la semana pasada la Cámara Baja del Parlamento ruso. Estados Unidos, la OTAN y la UE ya advirtieron de que sería una línea roja en la actual escalada de tensiones.

Los líderes separatistas de Donetsk, Denis Pushilin, y Lugansk, Leonid Pasechnik, creen que es necesario que Moscú les conceda un nuevo estatus para proteger a la población y las infraestructuras civiles de la "agresión" del Ejército ucraniano. Pushilin incluso ha planteado la posibilidad de reforzar la cooperación en materia de Defensa, según la agencia de noticias Sputnik.

Los rebeldes controlan gran parte de la región del Donbás desde 2014, fruto en gran medida del apoyo recibido desde Rusia. Durante estos últimos días, han acusado a Kiev de ordenar nuevos bombardeos indiscriminados, en unas criticas similares a las expresadas, pero en sentido contrario, por el Gobierno de Ucrania.

Moscú ha emplazado a Kiev a dialogar directamente con los rebeldes, algo que las autoridades ucranianas siempre han descartado para apostar, en cambio, por formatos de negociación internacionales como el Cuarteto de Normandía, que además de a Ucrania y a Rusia incluye también a Francia y a Alemania

Reunión Lavrov-Blinken

El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha anunciado en presencia de Putin que se verá el jueves en Ginebra con su homólogo de Estados Unidos, Antony Blinken, poniendo fecha y lugar al compromiso adquirido por ambas partes la semana pasada para tratar de rebajar las tensiones. De hecho, este lunes también se ha conocido un principio de acuerdo para una cumbre entre Putin y el presidente estadounidense, Joe Biden.

El jefe de la diplomacia rusa ha señalado que hay "avances en los contactos con autoridades occidentales en materia de seguridad -"no son sustanciales, pero los hay", ha declarado-. 

"La coherencia y la firmeza de principios que manifestamos al promover nuestras iniciativas (...) espabilaron a Estados Unidos y sus aliados", ha alegado durante la reunión.

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