El odio viaja por internet

El Parlamento Europeo identifica las web españolas donde se socava la democracia, atacando a los grupos étnicos y religiosos.

Una mujer musulmana con un burka
Una mujer musulmana con un burka
JIMIN LAI/EPA PHOTO

Un artículo titulado "Virus media, un crimen oculto", publicado un día antes que otro sobre "el único país de la Unión Europea sin mezquitas" tienen una invisible línea de conexión, más allá del panfleto digital donde han sido publicados. 'Democracia Nacional' es una de las web españolas dedicada a la difusión de mensajes pseudocientíficos y discursos hostiles contra grupos determinados por su religión o país de origen, dos caras de la misma moneda.

Son decenas de plataformas que se dedican a la creación y difusión de mensajes de odio, según un informe del Parlamento Europeo, elaborado por el investigador Javier Lesaca, que analiza 50 dominios de internet y cruza los contenidos -más de 200 antiinmigrantes y antisemitas en ocho meses- para encontrar sus convergencias e intenciones de fondo. En primer lugar todas "presentan una falta de transparencia sobre su origen, responsables y financiación".

España es un caldo para estas manifestaciones ultranacionalistas y negacionistas. "El mayor número de plataformas analizadas tiene su dominio en España y Estados Unidos", indica Lesaca. Cabeceras como 'El Cadenazo', 'Lahaine', 'El Espía Digital', 'MPR21', 'Alerta Nacional', 'El Español Digital', 'Falsas Banderas', 'Astillas de Realidad', 'Biltzarre', 'Caso Aislado' o 'Hispania Eterna' comparten contenidos a nivel internacional con otras web europeas, latinoamericanas, norteamericanas, rusas, asiáticas y del norte de África.

Tienen en común la combinación del discurso del odio y el ataque a las instituciones del Estado. Dos de cada tres publica artículos antisemitas y contra los migrantes.

Aunque la Comisión Europea vigila las principales redes sociales, como Youtube, Facebook, Twitter, Instagram o Tik Tok -que evaluaron el 90% del contenido denunciado en 24 horas y eliminaron en 2020 más del 70% de esos mensajes-, estos pasquines digitales pasan bajo el radar. Tampoco se dedican en exclusiva a crear y divulgar mensajes de odio.

Van camuflados entre otras "narrativas" como las "anticientíficas" y las "antisistemas", una estrategia idéntica para la ultraderecha y la ultraizquierda, indica Lesaca en 'La red: las nuevas plataformas del odio'. "No es monopolio de movimiento ideológicos de polarización vinculados únicamente a la extrema derecha antisistema", alerta en este capítulo del ensayo 'Cartografías de odio'. "De hecho, es habitual que movimientos ideológicos de polarización y de generación de contenidos de odio, tanto de extrema derecha como de extrema izquierda, coincidan en la difusión de las mismas narrativas pseudocientíficas y de desafección institucional".

Apuntan y disparan contra el pensamiento ilustrado y los gobiernos democráticos, fomentan la polarización ideológica y política, y en estos últimos meses su tema preferido es la contrainformación sobre la covid. "El 90% de estas fuentes digitales ha publicado al mismo tiempo contenidos contrarios a la evidencia científica", calcula Lesaca.

Por ejemplo, 'Lahaine' asegura que "el coronavirus sería un arma de guerra biológica" para la que "el Foro de Davos se preparó dos meses antes" y relaciona la pandemia con la tecnología 5G.

Contra el estado de derecho

El objetivo último es "erosionar la credibilidad de instituciones clave para el correcto funcionamiento de una democracia liberal", como lo son el sistema financiero y sanitario, los medios de comunicación, las fuerzas de seguridad o las instituciones de justicia. "Tras los relatos de hostilidad y extremismo existe una motivación política", indica Lesaca, que encuentra similitudes en el estilo retórico y visual de estas publicaciones contemporáneas con las nazis nacidas en los primeros años treinta, como 'Der Stürmer'.

Estos "contenidos maliciosos" alertan contra los "gobiernos de ocupación globalista", los "parásitos internos financieros sionistas", la "estafa del nuevo orden mundial" o la "élite traidora norteamericana". Intenta socavar la soberanía de las naciones democráticas y al "elemento clave en el proceso de conformación de la opinión pública" como son los medios de comunicación, acusándolos de "controlar y manipular" para beneficiar "sus propios intereses". Como estrategia también está desacreditar a los periodistas.

En cuanto a los grupos raciales, religiosos y sociales, siembran el odio al relacionarles con atentados, promoción de acciones violentas o trágicas, y delitos contra menores, "una tradición utilizada ampliamente por los movimientos políticos totalitarios en la Europa del siglo XX".

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