Los talibanes eliminan el Ministerio de Asuntos de la Mujer y crean uno de Prevención del Vicio

Los talibanes han tardado solo un mes en borrar el Ministerio de Asuntos de la Mujer. El primer aviso llegó cuando en la formación del gobierno interino no se eligió a ninguna mujer y el segundo y definitivo al retirar el cartel de la entrada del que ha sido Ministerio de Asuntos de la Mujer desde 2001 y sustituirlo por el de Desarrollo, Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio.

Los islamistas recuperan de esta forma una cartera que fue clave en su anterior Emirato, de la que depende la temida "policía de la moral" y entierran así las pocas esperanzas que había de mantener una cartera que ha defendido los derechos de las féminas en los anteriores Gobiernos.

Los nuevos dirigentes afganos eligieron este viernes, día de oración, para hacer el cambio de cartel en la parte exterior del edificio, pero fuentes citadas por la agencia Reuters aseguran que el jueves ya prohibieron el paso de las funcionarias a sus puestos.

Rigor islámico

Desde la implantación del Emirato las autoridades insisten en que garantizarán los derechos de la mujer dentro de los márgenes impuestos por la sharia (ley islámica). La interpretación rigorista que hacen de ésta hace que ya esté prohibido para mujeres practicar deporte y que en la mayor parte de zonas rurales ya no puedan salir de casa sin algún miembro varón de la familia.

Del Ministerio de Asuntos de la Mujer solo queda ya su web, en la que se puede leer que tenía el objetivo de "asegurar que los derechos legales, económicos, sociales, políticos y cívicos de las mujeres, incluido su derecho a no sufrir todas las formas de violencia y discriminación, sean respetados, promovidos y cumplidos". Objetivo que no tiene espacio con los talibanes.

De momento, en las grandes ciudades no se ha impuesto un código de vestimenta y las mujeres no tienen que cubrirse con el burka, lo pueden hacer con pañuelos o hiyab. Esta situación puede cambiar pronto y las mujeres, que cada vez salen menos a la calle también en lugares como Kabul, apuestan ahora por comprarse un burka. De hecho, el precio y las ventas de estas prenda se han duplicado.